A solo dos días hábiles del inicio del pago de los haberes de enero, la ANSeS no cargó en el sistema ningún refuerzo o bono para efectivizar con esos pagos.
Así le dijeron a Clarín varios abogados previsionalistas y el Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, quienes tuvieron acceso a los recibos de haberes que adelanta la ANSeS en el sistema.
De acuerdo al calendario del mes próximo del organismo previsional, el pago arranca el miércoles 3 de enero con las pensiones no contributivas y a la semana siguiente con las jubilaciones de haberes mínimos.
La falta de anuncios con relación al bono está generando mucha inquietud tanto entre los jubilados que cobran la mínima como en los que están levemente por encima y también venían recibiendo compensaciones.
El total de jubilados y pensionados suma más de 7,6 millones de personas. El 40% tiene haberes iguales o menores a un haber mínimo, un 23% entre una y dos mínimas y el 37% restante, haberes iguales o mayores a dos haberes mínimos.
En diciembre cobraron el bono de $ 55.000 unos 5 millones de jubilados y pensionados, incluyendo las pensiones no contributivas. Si bien hubo bonos desde diciembre de 2019 en adelante, a partir de septiembre 2022 esas ayudas pasaron a ser mensuales, por la insuficiencia de los aumentos por movilidad en relación con la inflación.
Es decir hace 15 meses que los jubilados no cobran solo su jubilación, como sucedería desde enero si no hay ningún cambio.
En tanto, las jubilaciones y pensiones vienen en caída al menos en los últimos 8 años. Y ese retroceso se acentuó en 2023, con la disparada inflacionaria.
Un año atrás, el haber mínimo era de $ 50.124 más un bono de $ 10.000 (total $ 60.124) y este mes de diciembre ese sector cobró una mínima de $ 105.713 más $ 55.000 ($ 160.713). Representa una suba del 167,3%. En tanto la inflación anual se perfila en torno del 200%. El ingreso total mínimo se ubicaría 32,7 puntos por debajo de la suba de los precios.
Sin el pago del bono, el ingreso total se reduciría de los $ 160.713 a $ 105.713 brutos: una caída nominal de casi el 35%, sin contar la inflación mensual que podría acercarse al 30%.
En tanto, de mantenerse el pago del bono de $ 55.000, el ingreso total seguiría en $ 160.713 tanto en enero y febrero, cuando en esos 3 meses la inflación podría acumular un 80% o más La caída del poder adquisitivo de la jubilación mínima podría rondar más del 30% en solo tres meses.
Esto significa que si no se mantiene el bono, los jubilados de la mínima cobrarían en enero menos que en diciembre. Y de mantenerse el bono por la inflación, en enero debería subir como mínimo a $ 70.000 y a casi $ 90.000 en febrero y aplicar algún aumento de emergencia para los que no cobran bonos.
Más catastrófica en relación a sus haberes originales es la situación de los que no cobraron bonos que este año tuvieron un aumento del 110,9% versus una inflación del 200%. Representa una caída de 90 puntos en apenas 12 meses. Si se suma la inflación de enero y febrero, la caída podría rondar el 50%.
Estas pérdidas se agregan a la de los últimos años, con caídas a diciembre del 40% para los que no percibieron bonos y de más del 10% para los que cobraron bonos.
Otra incógnita es qué va a pasar con los pagos de las sentencias firmes favorables a los jubilados que la ley previsional fija que deben abonarse dentro de los 120 días. Ese plazo no se viene cumpliendo desde hace varios largos años y ahora está en duda qué partida presupuestaria le asignará Milei para 2024.
No obstante, en caso de disponerse por decreto un aumento o el pago de algún bono, la ANSeS podría realizar un pago complementario en fechas distintas al calendario mensual.
NE