Javier Milei acaba de pasar el fin de semana con su novia, la imitadora Fátima Flórez, y buscó darse un «baño de multitudes», saludando a cuanta persona se cruzaba en el camino. Fue a Mar del Plata con su inseparable hermana, a quien también le gusta estrechar manos y acariciar perros, y empieza a disfrutar del calor que le prodigan algunos seguidores libertarios.
Si en Mar del Plata hacía calor, en Buenos Aires los teléfonos ardieron. Este domingo los pesos pesados de la Cámara de Diputados y algunos gobernadores, seguían analizando con qué estrategia encarar el decisivo debate de este martes, cuando habrá que discutir artículo por artículo la ley ómnibus, ya aprobada en general.
«Menos mal que la ley se achicó a la mitad, porque a esta altura íbamos a estar una semana entera debatiendo», explicaba un asesor que debió quedarse el fin de semana estudiando la letra chica de lo que se votó el viernes. El Congreso no para. La rosca tampoco.
Ley ómnibus: negociación por la coparticipación
Los gobernadores miran con cierto desconcierto algunas idas y vueltas en el Poder Ejecutivo. Aprecian el estilo dialoguista del ministro del Interior, Guillermo Francos, pero se empiezan a preguntar hasta qué punto influye sobre las decisiones presidenciales. Un gobernador lo planteó a la salida de la reunión con Francos, en el Consejo Federal de Inversiones (CFI). «Cuando creemos que un tema está cerrado, a las pocas horas nos enteramos de que Presidencia lo rebotó, y hay que empezar de nuevo», se quejó.
En ese escenario, algunos gobernadores intentarían este lunes volver a poner sobre la mesa cambios en la coparticipación del distorsivo Impuesto PAÍS, que grava las operaciones con divisas.
Coparticipar el 30% de lo que recauda ese impuesto les garantizaría a las provincias un flujo de fondos de 150.000 millones
Pretenden que parte de la fabulosa suma que está recaudando ese gravamen, empiece a fluir hacia sus arcas. Ya recauda unos 470.000 millones de pesos mensuales. Coparticipar el 30% de lo que recauda ese impuesto les garantizaría a las provincias un flujo de fondos de 150.000 millones por mes.
Cómo se reparte lo recaudado por el Impuesto PAIS
Según el decreto 377/2023, que reformuló la distribución del producido del impuesto que se recaude, lo que ingresa por el impuesto sobre las operaciones con divisas se debe distribuir de la siguiente manera:
● El 65% al financiamiento de Programas a cargo de la ANSES.
● El 5% al PAMI para cubrir sus prestaciones.
En tanto, el 30% restante se debe distribuir de la siguiente manera:
● El 30% al Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), donde tiene gran influencia el líder piquetero Juan Grabois, sobre la construcción de «viviendas sociales».
● 65% a obras de infraestructura económica.
● 5% al fomento del turismo nacional.
Los gobernadores pretenden cambiar este esquema de distribución, aunque no todos estarían de acuerdo en formular el mismo pedido al Poder Ejecutivo.
Los mandatarios provinciales miran de reojo el salto que viene dando la recaudación del impuesto PAÍS, devaluación mediante. Subió 1.250% tras la depreciación del peso. Proyectado arroja unos 6 billones anuales. Es el tercer impuesto que más recauda. «Mucha platita», diría Néstor Kirchner.
Hay gobernadores que pretenden ir directamente, por lo que se le asigna al programa de viviendas populares de Grabois. Otros quisieran analizar el porcentaje que se destina a obras de infraestructura, y ver cómo las provincias pueden tallar en su distribución.
El ministro Francos dijo que más adelante se convocará a los mandatarios provinciales para negociar un nuevo pacto fiscal. «El tiempo apremia, estamos sin plata«, le responden algunos mandatarios del norte del país.
La mayoría de los gobernadores se inclina por incluir en la votación, en particular de la ley ómnibus, la coparticipación del impuesto País. El cordobés Martín Llaryora encabeza esa movida. Algunos gobernadores del PRO preferirían votar la ley y recién ahí avanzar con la otra discusión.
La mayoría de los gobernadores se inclina por incluir en la votación en particular de la ley ómnibus, la coparticipación del impuesto País
El mensaje que llega desde el Ministerio de Economía es que ahora es imposible avanzar con esos cambios. «Primero vamos hacia el déficit cero, las provincias van a tener que hacer un ajuste de gastos», dicen en el Palacio de Hacienda. El problema es que las provincias tienen la mayor parte de sus ingresos comprometida en el rubro salarial, un gasto intocable.
Un escenario temido por el oficialismo es que diputados por Córdoba y de otras provincias terminen el martes impulsando la coparticipación del impuesto PAÍS, una intentona en la que serían acompañados por el bloque de Unión por la Patria, en el que Máximo Kirchner se mostró muy activo la semana pasada, incluso yendo a dar una vuelta por la plaza, donde no la pasó bien en medio de los cuestionamientos de los manifestantes de izquierda.
En el medio de esta posibilidad, el Gobierno podría jugar con una alternativa. Disponer que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad garantizará que fluya el dinero a las cajas previsionales de las provincias no transferidas a la Nación, la de Córdoba, justamente, es la principal. Igual, eso le podría abrir un frente de conflicto con los diputados de provincias que no recibirían nada.
Este lunes, el Gobierno podría intentar convencer a los gobernadores de que se discutirá un nuevo consenso fiscal una vez que la ley ómnibus esté aprobada. Se hablaba incluso de que hasta podría firmarse una especie de acta al respecto.
En tanto, el martes también deberá escribirse la letra chica del polémico capítulo de las privatizaciones. Los diputados piden que haya mayor control por parte del Congreso. Milei considera que avanzar con la eliminación de la mochila de empresas públicas deficitarias será clave para poder acercarse al equilibrio fiscal hacia fin de año.
Luis Caputo está obsesionado con esa cuestión. Dice que el camino de las cuentas públicas ordenadas nunca fue probado por la Argentina. Y que a partir del déficit cero, el resto de las variables de la economía que ahora están desordenadas comenzarán a acomodarse, como en un tablero de ajedrez. Ahora solo queda esperar a ningún gobernador dialoguista, sea Llaryora, otro, se le ocurra patear ese tablero.