Carlos Sainz volvió con todo a la Fórmula 1. Después de ausentarse en la segunda fecha de la temporada disputada hace dos semanas debido a una operación de urgencia por apendicitis, el piloto de Ferrari se adueñó en forma inobjetable del triunfo en el Gran Premio de Australia, donde tuvo que abandonar Max Verstappen, quien llegó a Melbourne con una racha de 19 victorias en las últimas 20 competencias.
Si bien el neerlandés largó desde la posición de privilegio tras obtener la tercera pole del año en igual cantidad de compromisos, Sainz, quien lo acompañó en la primera fila, apeló al DRS en el segundo giro y los pasó con autoridad en la segunda vuelta.
Dos vueltas más tarde, comenzaron los problemas para el tricampeón: su unidad presentó un principio de incendio en la zona de la rueda trasera derecha y rápidamente tuvo que ingresar a boxes. De hecho, mientras entraba, registró una especie de explosión.
Los mecánicos de Red Bull sofocaron inmediatamente las llamas, pero el abandono, el primero del neerlandés desde el Gran Premio de Australia de 2022, fue inevitable, así como también el fin de la racha de nueve victorias consecutivas.
Sin la presión de tener al líder del campeonato detrás de él, Sainz manejó el resto de la competencia sin mayores complicaciones, beneficiado además porque durante gran parte de la prueba las primeras posiciones fueron monopolizadas por Ferrari, debido a que el monegasco Charles Leclerc marchaba como escolta.
El español volvió a interponerse así entre Verstappen y la victoria, tal como sucedió en el Gran Premio de Singapur de 2023, cuando obtuvo su segundo triunfo con la marca italiana que este domingo, en la madrugada argentina, se aseguró el 1-2 en Melbourne gracias a la segunda colocación de Leclerc.
Detrás de la dupla de Ferrari se ubicaron los pilotos de McLaren, el británico Lando Norris y el local Oscar Piastri, en la tercera y cuarta ubicación, respectivamente.
Por su parte, el séptuple campeón de la categoría Lewis Hamilton completó un fin de semana para el olvido en Australia y abandonó prematuramente con una falla en el motor de su Mercedes. Su compañero, George Russell, tampoco tuvo la mejor de las suertes porque sufrió un despiste en la última vuelta, quedó cruzado en la pista y obligó a terminar la competencia con la carrera neutralizada de manera virtual.
La próxima cita de la Fórmula 1, cuarta de la temporada, será el Gran Premio de Japón, que se llevará a cabo del 5 al 7 de abril en el autódromo internacional de Suzuka.
ES