Conocé las causas de esta conmemoración y cuáles son las recomendaciones para cuidar el medio ambiente.
El Día de la Tierra se celebra cada 22 de abril con el propósito de concientizar sobre la importancia de la protección del medio ambiente. Esta fecha fue establecida para fomentar la educación ambiental y promover acciones que mitiguen problemas como la contaminación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.
La celebración del Día de la Tierra tiene sus raíces en 1970, cuando el senador estadounidense Gaylord Nelson impulsó una enseñanza ambiental masiva. Este esfuerzo culminó el 22 de abril de ese año con manifestaciones en todo Estados Unidos, involucrando a miles de escuelas y comunidades locales, y marcando el inicio de un movimiento ambiental moderno, que posteriormente influiría en políticas públicas y conciencia global.
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El 22 de abril fue elegido estratégicamente para maximizar la participación de estudiantes universitarios, al ser una fecha que no coincidía con exámenes o vacaciones de primavera. Nelson buscaba aprovechar el activismo estudiantil de la época para generar un cambio duradero en las políticas ambientales, un objetivo que, sin duda, logró dado el impacto de las primeras celebraciones. Desde su inicio, el Día de la Tierra ha crecido en alcance e influencia, ya que se convirtió en un evento global que involucra a más de 190 países y es coordinado por la red Earth Day Network.
En la actualidad, el Día de la Tierra se centra en urgencias globales como el cambio climático y la contaminación plástica. Cada año, se elige un tema para destacar áreas específicas de acción y fomentar un cambio colectivo. En 2024, el lema “Planeta vs. Plásticos” busca reducir el uso y la producción de plásticos, resaltando la necesidad de adoptar alternativas sostenibles y mitigar su impacto en el medio ambiente.
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Día de la Tierra: cuáles son las recomendaciones para luchar contra el cambio climático
- Reducir el consumo de energía en el hogar: cambiar a bombillas LED, desenchufar aparatos electrónicos que no estén en uso y optimizar el uso de sistemas de calefacción y refrigeración pueden disminuir significativamente el consumo de energía.
- Utilizar energías renovables: instalar paneles solares o elegir proveedores de energía que generen electricidad a partir de fuentes renovables como el viento o la hidroeléctrica puede reducir la huella de carbono.
- Minimizar el uso del automóvil: optar por caminar, usar bicicleta o transporte público siempre que sea posible ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Consumir menos carne: la producción de carne es uno de los principales contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero. Reducir el consumo de carne, especialmente de vacuno, puede tener un impacto positivo en el clima.
- Reciclar y reutilizar: minimizar los desechos al reciclar correctamente y optar por productos reutilizables o de segunda mano puede disminuir la cantidad de residuos que acaban en vertederos, reduciendo las emisiones de metano.
- Apoyar la agricultura local y sostenible: comprar productos locales y de temporada no solo reduce las emisiones asociadas al transporte de alimentos, sino que también apoya las prácticas agrícolas que pueden ser más respetuosas con el medio ambiente.
- Reducir el consumo de agua: instalar dispositivos de bajo flujo en duchas, grifos y reparar fugas puede disminuir significativamente el uso de agua, lo que a su vez reduce la energía utilizada en su bombeo, tratamiento y calentamiento.
- Educación ambiental: informarse y educar a otros sobre el cambio climático y las formas de combatirlo puede aumentar la conciencia y fomentar más acciones en la comunidad.