Habrá nuevo campeón en París el domingo y nuevo número 1 del mundo el próximo lunes porque Novak Djokovic se bajó de Roland Garros por la lesión en la rodilla derecha que sufrió en el maratónico partido de octavos de final que le ganó a Francisco Cerúndolo. El serbio -que debía enfrentar al noruego Casper Ruud por un lugar en semis– no podrá defender el título que conquistó el año pasado ni levantar ese 25° Grand Slam que le viene siendo esquivo y que lo dejaría como el máximo ganador absoluto de esa categoría. Y cederá el primer lugar de la clasificación mundial: Jannik Sinner lo desplazará el próximo lunes de la cima y será el primer jugador italiano en llegar a esa posición.
Según informó la Federación Francesa de Tenis en un comunicado, el ganador de 24 «grandes» se realizó este martes una resonancia magnética que confirmó un desgarro en el menisco medial. Si bien no se informó cuánto tiempo llevará la recuperación o si será necesario una operación para solucionar el problema, Nole quedó ante un panorama complicado de cara a Wimbledon, que arrancará el 1° de julio, y los Juegos Olímpicos de París, dos de sus grandes objetivos de esta temporada.
«Estoy muy triste por anunciar que tengo que retirarme de Roland Garros«, escribió Djokovic en sus redes sociales, cuando la noticia de su baja ya había dado vuelta al mundo. «Jugué con el corazón y lo di todo en el partido de ayer y, por desgracia, debido a una rotura del menisco medial de mi rodilla derecha, mi equipo y yo tuvimos que tomar una decisión difícil después de una cuidadosa consideración y consulta«.
«Deseo la mejor de las suertes a los jugadores que compiten esta semana y agradezco sinceramente a los increíbles aficionados todo el cariño y el apoyo continuo. Hasta pronto», agregó.
Poco después de firmar su heroica victoria ante Cerúndolo -al que venció por 6-1, 5-7, 3-6, 7-5 y 6-3, tras levantar una desventaja de 2-4 en el cuarto parcial-, Djokovic había puesto en duda su continuidad en el torneo de Bois de Boulogne. Es que en el arranque del segundo set ante el porteño, había empezado a sentir un dolor en la rodilla que lo condicionó físicamente y lo hizo perder el foco. Y aunque gracias a un anti-inflamatorio que le administró el médico del torneo, logró dar vuelta el partido y anotarse su 370ª victoria en un Major (nuevo récord histórico en esa categoría), la molestia había encendido una alarma.
«Venía con un pequeño problema en la rodilla desde hace algunas semanas. En el tercer game, deslicé y empecé sentir dolor. Al final del partido estaba mejor porque tomé unos medicamentos. Me hice algunas pruebas que son positivas, pero mañana (por este martes) veremos. No sé si jugaré los cuartos de final», había avisado.
Durante el partido, se había quejado por el estado de la cancha, que fue, para él, la causa de la lesión. «Me arruinaron la rodilla», llegó a decirles a los asistentes de pista visiblemente enojado en uno de los descansos del partido. «Pedí que barrieran la cancha pero no lo hicieron. Creo que la lesión era evitable», aseguró después.
El serbio reconoció que también el desgaste que arrastraba en cancha en París podría haber contribuido para que el menisco se desgarrara. Es que el serbio llegó al duelo con Cerúndolo con más de nueve horas en cancha en apenas tres partidos y con el cansancio del encuentro que le ganó en tercera ronda a Lorenzo Musetti, que duró casi cuatro horas y media y que, tras arrancar a las 23 del sábado, finalizó a las 3:07 de la madrugada del domingo. Y menos de 48 horas después, tuvo que jugar con el porteño, ante el que batalló durante otras cuatro horas y 39 minutos.
La lesión es un golpe inmenso para Djokovic, que tuvo un arranque de temporada irregular, muy raro para él, sin títulos ni finales y con muchos altibajos en su rendimiento. Pese a las dudas de la previa, luego de superar las dos primeras rondas del torneo sin ceder sets, había crecido su ilusión de levantar la Copa de los Mosqueteros por cuarta vez y conquistar su 25° título en un Grand Slam para mejorar el récord que comparte con Margaret Court y quedar como el máximo campeón de esta categoría, la más importante del tenis mundial.
Encima, además de irse de París con las manos vacías -y con la incógnita de si llegará a recuperarse a tiempo para Wimbledon y los Juegos Olímpicos-, se fue también sin el N° 1. El serbio necesitaba llegar a la final del «grande» francés para tener chances de mantenerse en lo más alto del ranking. Aunque ni siquiera una nueva conquista se lo garantizaba, todo dependía de Sinner, que apenas defendía 45 puntos, muchos menos que los 2.000 del balcánico, y se podía asegurar el primer lugar con llegar al duelo por el título.
No hubo necesidad de esperar hasta las instancias decisivas. El retiro de Djokovic selló la historia. El serbio dejará la cima, en la que pasó 428 semanas, otro récord impresionante que fue ampliando desde que superó la vieja marca de 310 semanas de Roger Federer en marzo de 2021. Y el italiano se trepará por primera vez a esa posición y hará historia. Porque será el primer jugador de su país en liderar la clasificación mundial, desde que se empezó a computar el ranking ATP en 1973.
«Qué puedo decir… Ser número uno es el sueño de todo jugador«, afirmó Sinner con los ojos húmedos pero una enorme sonrisa y desató una gran ovación en el Philippe Chatrier, minutos después de derrotar por 6-2, 6-4 y 7-6 (7-3) ante el búlgaro Grigor Dimitrov.
El nacido hace 22 años en San Candido ya había saltado a la cancha cuando la organización del torneo anunció el retiro de Djokovic y se enteró de su inminente ascenso tras sellar el triunfo y meterse por primera vez en las semifinales del Grand Slam francés.
«Por supuesto no es la forma en la que quería convertirme en número 1. Ver a Novak retirarse del torneo es decepcionante, le deseo una rápida recuperación. Pero siento que en el último tiempo jugué un muy buen tenis y estoy feliz de llegar a esa posición. Es algo nuevo que se me viene encima. Es algo bueno. Estoy muy feliz«, afirmó más tarde en una entrevista con Tennis Channel.
Y agregó: «Representa un gran resultado de la ética de trabajo de mi equipo y yo. Era uno de nuestros objetivos este año. Aunque el objetivo más importante es siempre mejorar como jugador y como persona. Rodearme de grandes personas. Y eso es todo, ¿no? Creo que puedo estar feliz y satisfecho con lo que estoy haciendo y lo que está haciendo mi equipo».