Los fines de semana, casi sin excepciones, el economista Juan Carlos de Pablo mantiene largas charlas con el presidente, Javier Milei, en la Quinta de Olivos. Hace unas semanas los obsesiona la teoría de la recuperación económica, a la que le buscan la vuelta para intentar que se vea reflejada. De esas conversaciones surgió algo que luego se vio en artículos periodísticos y entrevistas radiales del economista mediático que no gobierna: que hay que empezar a hablar de la comparación estadística intermensual -que en muy contados casos da positivo- evitando la medición interanual, que muestra a las claras que la economía sigue en caída libre.
Esa idea de Milei de ser selectivo con datos para simular indicadores positivos, se transformó en una especie de sistema en toda la administración nacional. Inclusive, hay funcionarios, como el ministro de Economía, Luis Caputo, y sus laderos, que les piden a cámaras empresarias que destaquen en sus comunicados si hay mejoras mensuales, y que «tiren para abajo» en los textos las caídas anuales, que siguen siendo récord. Una especie de operación «V», que busca instalar a la fuerza cifras que son inexactas, falsas o manipuladas para que no se caiga la teoría del rebote económico.
Mientras eso ocurre, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se metió a contener la bronca del sector privado y quedó como interlocutor ante los sectores económicos que, en sus números, más que una recuperación ven una crisis muy latente.
La ficción del IPC cero en Alimentos
En las últimas horas, fue noticia la aseveración de Milei, en una charla en Praga, de que la inflación de Alimentos en la tercera semana de junio dio «cero por primera vez en 30 años». Esa cifra surge de un informe de la consultora Econométrica, encabezada por Ramiro Castiñeira, un economista que fue muy cercano al PRO y que hoy es uno de los que tienen llegada a Milei. Más allá de eso, esa estadística tiene dos problemas: uno lo marcó Carlos Rodríguez, ex ministro de Menem y ex amigo de Milei, y tiene que ver con que no es la primera vez que ese número da cero o cerca de cero. En su cuenta de X, Rodríguez escribió que «en la serie del INDEC del PAC del GBA desde el año 2000, ya conté al menos 25 meses con inflación negativa en la categoría Alimentos y Bebidas. Claro que ninguno dio 0 exactamente!», expresó, con sorna.
El segundo problema, en tanto, es que el número no solo no es verídico porque no haya ocurrido, sino porque, en ese mismo período, el resto de las consultoras reportaron desaceleración de precios, pero ninguna a cero. En ese tren están Analytica, LCG y hasta Eco Go, la consultora de Marina Dal Poggetto. Por caso, a LCG, la consultora que fundó Martín Lousteau, la tercera semana de junio le dio 0,9 por ciento de aumento en Alimentos, viniendo de 1,5 por ciento en la segunda semana.
Puede parecer menor, pero la data que dio Milei, errónea y falsa, se transforma en noticia global, aunque no se condiga con la realidad, todo disparado desde el Estado y desde un gobierno de economistas, lo cual debería suponer una sensibilidad mayor a los números. Un dato extra: toda la especulación a la baja que el Gobierno hace con el IPC de Alimentos, habla de un mes donde, además, la inflación volverá a ir al alza, superando el IPC general al del mes previo.
Scioli y la contabilidad creativa del turismo
Otro caso resonante de manipulación intencional de números para confundir y direccionar una idea de recuperación se dio durante el fin de semana. El secretario de Turismo, Daniel Scioli, trastocó el sentido de la encuesta de resultados turísticos de la CAME para reflejar un fin de semana récord que, en realidad, no lo fue. Scioli ordenó a su cartera un flyer que mostraba que se movilizaron «un 15,3 por ciento de personas más que en el fin de semana combinado de 2023». ¿Qué dicen, en realidad, los números de CAME? Que en el fin de semana largo del 2023 hubo, a decir verdad, 4 días inhabiles, contra 7 días inhábiles del fin de semana largo del 2024. Es decir, casi el doble de días, por lo cual es natural que el volúmen de gente que se movió por el país haya sido mayor. Aún así, el dato que se usó no refleja la realidad.
Hay más: en el mismo informe, CAME aclara que, en síntesis, el fin de semana largo, medido en conjunto y por separado, tiene caídas muy fuertes en la cantidad de viajantes: si se toma sólo el último lunes feriado, la caída contra el lunes feriado del 23 fue del 64 por ciento; y hubo también una baja del 20 por ciento contra jueves y viernes del 23. Los expertos aclararon ante Página I12 que «esto es producto de la crisis, porque no hay turismo interno por la recesión ni extranjero por el tipo de cambio. A lo que se le suma la caída del plan Pre Viaje». Tan dificil es la situación del consumo que el sector turismo está pidiendo que el feriado del 17 de julio se pase al lunes siguiente; mientras que los comerciantes de lugares no turísticos se resisten porque también están con caídas serias en las ventas.
La trampa de la intermensual
La bajada de línea a sectores empresarios de ponderar subas intermensuales también tiene dos problemas: el primero, que técnicamente es comparar peras con manzanas, una rareza viniendo de un presidente economista y asesores que también son economistas. El segundo, que además de ser contadas con el dedo de una mano las subas intermensuales de sectores económicos, se da en un escenario de caídas interanuales muy fuertes, que reflejan una recesión prolongada y recalentando, lejos de una «V».
Algunos ejemplos. Hace unos días, CAME publicó el Índice de Producción Industrial, que creció en mayo un 5,4 contra abril. En tanto que si se compara mayo del 24 contra mismo mes del 23, la producción no sólo cayó 19 por ciento, sino que esa caída es mayor que el interanual de abril, que había reflejado una baja del 18 por ciento. En resumen, antes de usar como indicadores certeros de recuperación cifras intermensuales, es conveniente primero ver una desaceleración interanual fuerte o, también, esperar varios meses de mejora intermensual, para ver si esa suba es tendencia o no. Para el Gobierno, el método es el inverso.
Otro dato que expone esa mala práxis estadística: la consultora de Orlando Ferreres -que tiene a Fausto Spotorno, su economista más relevante, en el equipo de asesores económicos de Milei-, reportó que la Industria cayó en mayo un 9,8 interanual y, además, bajó un 1 por ciento contra abril. Mientras que en abril, medido contra marzo, la intermensual había crecido 0,7 por ciento. En ese momento, el gobierno tomó esa alza como un rebote, que luego se probó, con la caída de mayo, que no fue tendencia de recuperación.