Franco Colapinto no tendrá un buen recuerdo de su primera vez en el Gran Premio de Brasil de Fórmula 1. Es que el argentino, condicionado en su bautismo bajo la lluvia en el gran circo del automovilismo mundial, fue el protagonista de dos golpazos que jamás olvidará. Un doloroso aprendizaje. Y lógico, claro…
El primero fue en la Q1 y puso en riesgo su participación en la carrera. Sin embargo, los mecánicos de Williams trabajaron a destajo y lo lograron poner en pista. Ya en la prueba, el de Pilar venía haciendo un gran papel hasta que en el giro 32 volvió a pegarse contra un muro de contención. Horas después del incidente se supo qué fue lo que pasó en ese momento maldito.
Es que Colapinto había pasado por boxes en la vuelta 27. Tuvo mala suerte porque justo en ese instante se accidentó Nico Hulkenberg con su Haas -recibió bandera negra por recibir ayuda- y perdió mucho tiempo justo cuando el virtual safety car había sido activado por los comisarios.
Además, coincidió con que la tormenta ganó en intensidad y la pista se había complicado y complejizaban el dominio del auto con las gomas intermedias. Es por eso que Colapinto, cuando el auto de seguridad real salió al trazado, pidió cambiar por los neumáticos full wet. Se lo veía volantear para evitar los despistes. Y ahí fue cuando pidió volver a entrar a boxes.
“Paremos en boxes para poner neumáticos wet”, pidió Colapinto a los mecánicos de Williams, con el francés Gaetan Jago a la cabeza. Pero desde el paddock le dijeron que no. “Estamos en eso, espera. Necesitamos mantenernos en pista”, le dijo su ingeniero.
Y luego siguió: “Sí, solo necesitamos aguantar. Mantente en la pista, necesitamos aguantar, creo que la lluvia va a parar después de un minuto. Modo de supervivencia ahora mismo. Solo mantente en la pista”.
El argentino no compartía la visión y contestó: “Amigo, ¿Entienden?”. Mientras que Jago mantuvo su postura: “Sí, entendemos. Necesitamos mantenernos en la pista. Solo concéntrate y no cometas errores. Sé que está complicado ahí afuera, la mayoría de los autos están con neumáticos intermedios”.
“Lo sé, pero en dos vueltas recupero el tiempo”, advertía el argentino pidiendo ir a boxes. “Confiá en nosotros, recordá lo que hablamos. Dejanos hacer nuestro trabajo, hacé el tuyo. Confiá en nosotros, creemos que es la decisión correcta”, finalizó el ingeniero sin hacer caso al pedido de Colapinto, quien pasó por boxes pero siguió con las intermedias.
Apenas salió del pitlane, el Williams N° 43 se estrelló contra un paredón. Y la carrera se acabó para el de Pilar, que en sus anteriores cinco presentaciones había logrado ver la bandera a cuadros. ¿Quién tenía razón? Los dos. Jago, con el radar meteorológico a la mano, sabía que la lluvia daría una tregua. Algo que finalmente sucedió. Sin embargo, en ese momento el auto era inmanejable. Lo estaba padeciendo el argentino. Y lo pagó con es costoso palazo contra el muro que lo dejó con las manos vacías.