El presidente Javier Milei enfrenta un desafío difícil en la Cámara de Diputados, que sesionará este martes para tratar la reforma a la ley que regula los decretos de necesidad y urgencia (DNU) y el decreto que facilitó los canjes de deuda pública sin control del Poder Legislativo, a instancias de un conglomerado de bloques opositores que confía en reunir los votos y condicionar fuertemente al Gobierno.
La sesión fue convocada para las 15:00 a pedido del bloque Encuentro Federal que encabeza Miguel Pichetto, el polo radical Democracia por Siempre y la bancada de Unión por la Patria. El objetivo es aprobar el proyecto para modificar la ley de DNU y limitar el poder que tiene el Gobierno con esa herramienta, por un lado, y rechazar el decreto sobre los canjes de deuda.
Si bien los dos temas tendrían que pasar luego por el Senado, su eventual avance en Diputados sería un doble revés para Milei, que vería seriamente amenazadas dos herramientas centrales para su gestión: los DNU a los que recurre para esquivar al Congreso porque no tiene mayoría y la capacidad de renegociar bonos sin pasar tampoco por ese escenario.
La confluencia entre esos bloques opositores los lleva a confiar en que tienen los números para el quórum y para avanzar con las dos iniciativas, pero el Gobierno intenta restarles votos a través de los gobernadores con los que mantiene diálogo y apuesta a las fisuras que hay dentro de cada bancada, tras haber logrado un tibio apoyo del PRO, donde también hay divisiones y tensión con el oficialismo.
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En los bloques que convocaron a la sesión afirman que tienen entre 134 y 136 presencias aseguradas, según coincidieron las fuentes consultadas por iProfesional, por lo que les sobra para tener quórum. No obstante, los dos temas en discusión se votan por separado y tienen que mantener la mayoría en cada tema para avanzar.
Para modificar la Ley 26.122 que regula los DNU se necesita una mayoría absoluta de 129 votos, mientras que para rechazar el decreto 864 sobre canje de deuda alcanza con mayoría simple, es decir, la mitad más uno de los presentes. «Creemos tener todo en orden», deslizan en la oposición, pero el Gobierno también juega sus fichas.
En todos los bloques hay divisiones y la Casa Rosada espera aprovecharlas como lo hizo anteriormente para sostener los vetos de Milei al aumento de las jubilaciones y del presupuesto universitario. En ese sentido, esperan contar con el apoyo del gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, para restarle los cuatro votos de esa provincia a los 99 de Unión por la Patria.
De la misa forma, en Encuentro Federal creen que no contarán con sus 16 diputados. Hay dudas sobre dos de los cinco diputados cordobeses y también sobre los entrerrianos y chubutenses que responden a los gobernadores Rogelio Frigerio e Ignacio Torres, por lo que ese espacio aportaría alrededor de 12 votos.
Por otra parte, el oficialismo espera contar también con el apoyo de los gobernadores Gustavo Sáenz (Salta) y Hugo Passalacqua (Misiones), que tienen bajo su ala a seis de los ocho diputados del bloque Innovación Federal.
Voto a voto: ¿cómo están los números entre el apoyo del PRO a Milei y la gestión con gobernadores?
En tanto, en el bloque de la UCR la salida de los 12 diputados que armaron el espacio Democracia por Siempre (y que están firmes para ir contra el Gobierno en la sesión de este martes) no evita que haya, igualmente, divisiones entre los que no quieren asestarle un golpe tan fuerte a la administración de Milei y los que se inclinan por dar quórum e incluso apoyar una o las dos iniciativas que se discutirán.
Por otra parte, el Gobierno logró otra vez el respaldo del PRO. Luego de la reunión que encabezó Mauricio Macri con la mesa nacional del partido, donde están los gobernadores -entre ellos Frigerio y Torres- y el jefe del bloque de diputados, Cristian Ritondo, se decidió no dar quórum a la sesión y, si la oposición lo consigue, colaborar con el oficialismo.
No obstante, es un apoyo tibio. La relación entre Milei y Macri volvió a tensarse en los últimos días y esta es una forma de no dañar más el vínculo, pero el PRO ahora exige que se trate en las próximas semanas el proyecto sobre «democratización sindical» y la ley de «Ficha Limpia», dos iniciativas que, según comentan por lo bajo, frenó el propio Gobierno.
A pesar de que el respaldo del PRO le da aliento al oficialismo de cara a la sesión, el arco opositor igualmente confía en tener el número. Sin embargo, podría ser más ajustado de lo que esperan. Entre Unión por la Patria, Democracia por Siempre, Encuentro Federal, la Coalición Cívica y la Izquierda reunirían 130 votos, lo justo.
Si bien esperan tener también el apoyo de los santacruceños, que aportarían dos votos más, el Gobierno operará hasta el último minuto para tratar de desbaratar una sesión que toca dos temas muy sensibles para la gestión de Milei.
El decreto sobre canje de deuda, una presión inesperada para Luis Caputo
El DNU 864 habilitó al Poder Ejecutivo a llevar adelante un canje de títulos de deuda en cualquier moneda sin cumplir los requisitos de la Ley de Administración Financiaera (mejoramiento de montos, plazos y/o intereses) y sin autorización del Congreso. Esto puso en alerta al arco opositor, donde ya reina la desconfianza hacia el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo.
En los últimos días consultoras y analistas del mercado empezaron a especular con que el Gobierno podría abrir en 2025 un «canje voluntario» para los bonos que vencen en 2029 y 2030 (el GD29 y el GD30, respectivamente) que le permitiría a Caputo ahorrarse pagos por unos u$s5.000 millones al año.
Si la Cámara de Diputados rechaza ese DNU esa expectativa se verá dañada, especialmente porque en el Senado el bloque kirchnerista que encabeza José Mayans y que está a cuatro votos de la mayoría planea impulsar una sesión para el jueves de esa misma semana, con el fin de «voltear» definitivamente el decreto.
Milei prepara otro veto ante la avanzada opositora: ¿qué pasará en el Senado?
Por otra parte, el proyecto que modifica la Ley 26.122 sobre el uso de los DNU introduce pocos cambios, pero muy importantes: establece que las dos Cámaras del Congreso deben aprobar un DNU para que quede firme -hoy alcanza con que lo haga una sola- y pone un plazo de 90 días durante el cual, si el parlamento no lo avala, el decreto pierde vigencia automáticamente.
Esto implica que a Milei le sería aún más difícil que sostener cualquier decreto de necesidad y urgencia, que hasta ahora son su herramienta más poderosa para gobernar sin tener mayoría parlamentaria. El eventual avance de ese proyecto pondría en tensión medidas futuras del Gobierno como la que adoptó -por caso- sobre el canje de deuda.
En este escenario, el Gobierno ya avisó que si esa ley llega al Senado y se sanciona el Presidente no dudará en vetarla como ya hizo con otros proyectos impulsados por la oposición. Además, en la Casa Rosada también deslizan que si se deroga el decreto 864 sobre el canje de deuda podría firmar otro igual.
Por esa razón, en el oficialismo apuesta como última alternativa a que la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, pueda «dormir» ambas iniciativas, aunque ello obligaría a mantener el recinto prácticamente cerrado hasta el 30 de noviembre, cuando finaliza el período de sesiones ordinarias.
De cualquier forma, Javier Milei intentará impedir como sea que la Cámara de Diputados avance con la reforma de la ley que regula los DNU y contra el decreto sobre canje de deuda, porque sería leído como una nueva y dura derrota que deja en vilo al Gobierno sobre el final del año parlamentario, además de hacer escalar la tensión política: el oficialismo ya empezó a calificar la jugada opositora como un intento de «desestabilización».