En los últimos años, la Mona Jiménez atravesó por varios problemas de salud, los cuales incluso llegaron a alejarlo de los escenarios. Ahora, logró reponerse, por lo que se animó a contar cómo fue que cambió su vida y cómo se encuentra actualmente.
Hace un tiempo, la Mona Jiménez estuvo “al borde de la muerte” producto de que le empezó a sangrar el bazo. Para colmo, al poco tiempo de eso, sufrió de problemas en la carótida, por lo que debió someterse a un cuidado minucioso para poder seguir adelante con su vida de músico.
En este contexto, el cantante contó cómo está hoy: “Juana me cuida mucho. Siempre tuve muy buena salud, pero después de la pandemia y de las cinco vacunas tuve un montón de problemas. Primero se me rompió el bazo, empezó a sangrar. Casi me muero, me salvaron por minutos”.
“Había estado acá, en el Museo, cantando con Lavié, cantando folklore, hasta zapateé un malambo recordando cuando era chico y bailaba folklore. Llegué a mi casa como a la 1 y al otro día me levanté con el abdomen hinchado. No quise comer, pensé que era un ataque de hígado», empezó.
«Al otro día estaba igual y Juana dijo: ‘Ya al Cardiológico’. Llegué, me metieron en el tubo y vieron que el bazo estaba roto, apenas cubierto por una telita. Unos minutos después y chau, me hubiera muerto”, aseguró la Mona Jiménez.
Al ser consultado sobre si esa situación le generó temor, confesó: “Sí, mucho. Tuve un cagazo grande. Ya una vez me estuve por morir, pero no había tenido conciencia. Nunca vi al diablo, ni a Dios, ni luces, ni nada. Estuve un montón de días en coma y cuando me desperté una enfermera gritaba: ‘Milagro, milagro’. Yo no sabía qué pasaba”.
“Fue en 1972, cuando fui a ver a Belgrano y me tiraron una botella. Me cortaron el nervio de la coordinación. Me salvó el doctor Juan Carlos Carranza, que era muy joven. Si él no me hubiera operado, hubiera quedado como una planta”, contó, en diálogo con La Nación, la Mona Jiménez.
“Pero después de la pandemia me pasó de todo. Primero el bazo; a los 15 días, un problema en la carótida. No me pasaba agua al tanque. A los pocos meses, un problema en la retina. Yo decía: “si paso agosto, ya está” y antes de agosto, otro problema. Entonces pensaba: “acá cago”, pero no, seguí”, expresó sobre su fortaleza para seguir adelante.