Boca Juniors, uno de los clubes más grandes del fútbol argentino, es cuna de ídolos con historia en la cancha. Dentro de su rica trayectoria, también hay figuras que, pese a un comienzo prometedor, tomaron caminos inesperados. Este es el caso de Emiliano Romay, el futbolista que fue tapa en El Gráfico, pero cuyo destino lo alejo del fútbol .
De ser una promesa de las selecciones juveniles de Argentina y debutar en la primera del Xeneize con un gol inolvidable, pasó a enfrentar desafíos fuera del deporte, adaptándose a una vida completamente distinta y encontrando un nuevo propósito lejos de las canchas.
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La historia de Romay es un ejemplo de los giros que puede dar la vida dentro del mundo del fútbol
Cómo fue la carrera de Emiliano Romay
Emiliano nació en Mar del Plata en 1977, en una familia con tradición futbolística. Desde niño, su pasión por el fútbol se destacó, en parte influenciado por su abuelo, Juan Manuel Romay, un reconocido jugador que militó en clubes como Peñarol de Uruguay e Independiente. A los cinco años, el protagonista comenzó a formarse en el club Independiente de su ciudad natal, donde rápidamente mostró su talento.
Su gran salto llegó a los 15 años cuando fue convocado a la selección argentina Sub-17. Esta experiencia marcó un punto de inflexión en su carrera, llevándolo a participar en el Sudamericano de 1993 y el Mundial Sub-17 en Japón. Poco después, fue incorporado a las inferiores de Independiente de Avellaneda y, al año siguiente, Boca Juniors mostró interés en su talento. Contra todo pronóstico, Romay pasó directamente a entrenar con la primera del club, sin haber jugado en las categorías juveniles del Xeneize.
El 24 de junio de 1994, con tan solo 17 años, debutó en la primera del azul y oro contra Ferro. Ese día marcó el gol del empate en tiempo de descuento, un momento que quedó grabado en su memoria. Su rendimiento no pasó desapercibido y meses después vivió otro momento icónico: fue titular contra Talleres en la Bombonera y anotó dos goles en la victoria 3-2. Este logro lo llevó a la portada de El Gráfico, un reconocimiento que aún recuerda como un hito en su carrera.
Sin embargo, las constantes lesiones comenzaron a frenar su progreso. A pesar de su talento, su paso por equipos como Huracán, el Niza en Francia y el Santiago Wanderers en Chile estuvo marcado por problemas físicos. A pesar de ganar un título histórico con Wanderers en 2001, las lesiones finalmente lo alejaron de la élite del fútbol. Romay continuó su carrera en equipos de menor categoría, pero los contratiempos físicos lo llevaron a decidir su retiro en 2014.
A qué se dedica Emiliano Romay en la actualidad
Tras dejar el fútbol, el ex deportista enfrentó el desafío de reinventarse. Su transición fue gradual, comenzando con trabajos variados, desde ventas de chocolates hasta atención en una pizzería. Pero su vida tomó un rumbo inesperado cuando se unió a Austin Powder, una multinacional dedicada a la fabricación de explosivos. “Estoy hace 11 años en la empresa, donde comencé como supervisor encargado de producción”, compartió en una entrevista.
El cambio de rumbo no fue fácil, pero Romay encontró en su nuevo trabajo una oportunidad para liderar equipos y desarrollar habilidades que no había explorado en su carrera deportiva. Actualmente, trabaja en el área administrativa de producción, un puesto que le permite combinar su experiencia organizativa con sus estudios en administración de empresas y coaching ontológico.
A pesar de estar lejos de las canchas, Romay sigue ligado al fútbol como entrenador en las inferiores del Club Peñarol de Rafaela. En su tiempo libre, disfruta de la lectura, la música y mantenerse activo físicamente. Su historia refleja cómo, incluso después de dejar atrás los sueños de gloria deportiva, es posible encontrar nuevos caminos y construir una vida llena de significado.