Kate Middleton, princesa de Gales, reafirmó su compromiso con la primera infancia a través de la publicación de un informe sobre el aprendizaje emocional en los primeros años de vida.
A través de su fundación Royal Foundation Centre for Early Childhood, creada en 2021, la princesa busca destacar la importancia de esta etapa para el desarrollo personal de los niños y proporcionar herramientas prácticas para padres, educadores y responsables de políticas públicas, informa Vanity Fair.
El documento, elaborado por un equipo de expertos en psiquiatría, neurociencia y educación, ofrece recomendaciones concretas para la crianza, pretendiendo generar conciencia sobre el impacto de la infancia en la construcción de una sociedad saludable.
“Este informe destaca las habilidades que son la base de cualquier sociedad sana y feliz y ayuda a las personas y las organizaciones a comprender las formas en que pueden contribuir a hacer de este modelo conceptual una realidad viva y dinámica para todos”, escribe Kate en el prólogo.
El informe identifica 30 competencias esenciales que comienzan a desarrollarse en la infancia y que influyen en la vida adulta. Entre ellas, se destacan:
- Empatía: clave para la interacción social y la comprensión del otro.
- Perseverancia: fundamental para la resolución de problemas y la motivación personal.
- Gestión de conflictos: imprescindible para el desarrollo de relaciones saludables y resilientes.
Para fomentar estas habilidades, la guía sugiere estrategias concretas para los padres y cuidadores. Una de ellas es preguntar a los niños qué quieren ser cuando sean mayores, con el fin de ayudarles a identificar sus propias aspiraciones y desarrollar la autoconfianza.
Otro consejo es respetar las decisiones de los pequeños en aspectos cotidianos, como su preferencia por un plato específico o el deseo de llevar un accesorio favorito a todas partes.
“Este tipo de conductas reflejan que los niños están comenzando a desarrollar un sentido de control sobre sus vidas”, se explica en el documento.
Además, se recomienda que los padres sirvan como modelo de regulación emocional, compartiendo con sus hijos cómo gestionan sus propias emociones.
Por ejemplo, verbalizar frases como: “Estoy empezando a sentirme mal, así que me voy a tomar un momento para alejarme y calmarme” puede ayudar a los niños a desarrollar su inteligencia emocional.
El informe también advierte sobre un fenómeno cada vez más frecuente en la crianza moderna: la tecnoferencia, que se refiere a la interferencia de la tecnología en las interacciones entre padres e hijos.
Según los especialistas, el uso excesivo de dispositivos móviles por parte de los adultos puede afectar negativamente el desarrollo comunicativo de los niños.
En lugar de mirarles a los ojos mientras hablan con ellos, muchos padres desvían su atención hacia las pantallas, lo que puede tener consecuencias en la forma en que los pequeños desarrollan sus habilidades sociales y emocionales.
Esta advertencia se alinea con estudios previos que demostraron que el contacto visual y la interacción directa son fundamentales para el aprendizaje temprano del lenguaje y la regulación emocional en los niños.
Como parte de su compromiso con la primera infancia, la princesa de Gales tiene previsto realizar un acto oficial en los próximos días para presentar el informe y promover sus conclusiones.
En la última semana, Middleton hizo hasta tres apariciones públicas, aunque su oficina aclaró que este ritmo no se mantendrá de manera regular debido a su proceso de recuperación tras el tratamiento contra el cáncer que enfrentó el año pasado.
La iniciativa de la princesa refleja su interés por consolidar un enfoque basado en la ciencia para la crianza y el desarrollo infantil.
Su fundación, que desde su creación impulsó múltiples investigaciones en la materia, busca posicionar la primera infancia como una prioridad en las políticas de bienestar social y educativo en el Reino Unido.
Con esta guía, Kate Middleton pretende acompañar a los padres en la crianza de sus hijos, promoviendo un cambio cultural que valore la importancia de la primera infancia como la base para el desarrollo de futuras generaciones.