Raúl Ibarra, padre de Romina Ibarra, quien falleció el martes a la madrugada debido a las graves heridas causadas por su ex pareja, dialogó con el Grupo de Medios TVO, brindando un conmovedor testimonio sobre el trágico suceso y su profunda crítica hacia el sistema judicial.
Ibarra comenzó su relato con una denuncia clara: «Nosotros decimos que en este caso falló la parte de la justicia porque este asesino tenía denuncias y muchas causas acumuladas, amenazas de muerte, violación de domicilio, y esto lo dejó pasar la justicia», manifestó con voz quebrada pero firme. Para él, la falta de acción de las autoridades ante las denuncias de su hija y su familia fue un factor determinante en la tragedia que hoy los afecta.
En este sentido, Raúl Ibarra expresó que no se le dio la atención ni el seguimiento necesario a los casos que involucran a su ex yerno: «Nunca hicieron un seguimiento, no protegieron a mi hija como debía ser», señaló.
A lo largo de su intervención, insistió en que la justicia no actuó de manera oportuna ni adecuada para prevenir el hecho fatal, a pesar de las múltiples alertas y denuncias previas.
«La justicia se olvidó de que existía. Este hombre estuvo detenido tres años, salió de la cárcel, y la justicia se olvidó de él. Este hombre siempre fue agresivo, siempre amenazaba a todos los integrantes de mi familia, por eso es raro que la justicia no haya tomado cartas en el asunto», remarcó. Ibarra también explicó que, a pesar de las continuas denuncias por violencia de género y amenazas, el agresor no enfrentó consecuencias suficientes.
«Este hombre siguió teniendo denuncias y siempre porque nos amenazaba, violencia de género. Tiene muchas causas, él no podía salir de la cárcel», agregó, poniendo en evidencia el historial de violencia del agresor.
Raúl Ibarra denunció que, a pesar de que su hija y su familia pidieron en diversas ocasiones que la situación fuera abordada con seriedad, la justicia no actuó con la urgencia que el caso requería. «Las hijas siempre pedían que se vaya o bien que deje de lastimar a su madre, es más, una visitadora social se acercó la semana pasada a hablar con mi hija», comentó, visibilizando los esfuerzos previos para proteger a Romina. Sin embargo, esos esfuerzos no fueron suficientes, y la tragedia terminó por ocurrir.
El testimonio de Raúl Ibarra también recordó un hecho previo de violencia que había sufrido en su propia persona, lo cual fue ignorado por las autoridades.
«La justicia también tiene conocimiento de que a mí también me hirió con un arma blanca en el año 2016, casi me morí en esa oportunidad, y la justicia nuevamente hizo caso omiso a lo que nos pasó», expresó, dejando claro que su familia ya había vivido episodios de violencia graves que no recibieron la atención que merecían.
En su relato, Raúl Ibarra reclamó justicia para su hija Romina y para su familia, pero también cuestionó el sistema judicial que, según él, falló en protegerla y en evitar que llegara a este trágico desenlace. Su denuncia pone de manifiesto la necesidad urgente de revisar cómo se gestionan los casos de violencia de género y cómo se garantizan las medidas de protección para las víctimas.
La tragedia de Romina Ibarra, que marcó a su familia y a toda la comunidad, se convierte en un nuevo recordatorio de la importancia de que el sistema judicial actúe con rapidez y eficacia frente a las denuncias por violencia, para evitar que hechos como este sigan ocurriendo.