El próximo 1 de marzo se cumplirán diez años de la desaparición de Ariel Frutos, un joven de 31 años oriundo de Formosa y miembro de la Prefectura Naval Argentina. A lo largo de este tiempo, la incertidumbre y el dolor han marcado la vida de su madre, Bernarda Benítez, quien no ha dejado de luchar por obtener respuestas sobre el paradero de su hijo.
En el marco de este triste aniversario, Bernarda Benítez viajó, ayer domingo a Buenos Aires con la esperanza de reactivar la investigación que hasta ahora no ha logrado esclarecer los hechos.
La mujer se reunirá con el jefe de la Prefectura Naval Argentina, el prefecto general Guillermo Pérez, para solicitar su colaboración en la reactivación del caso.
«Nos estamos yendo a Buenos Aires porque el día 25 tenemos la audiencia con el prefecto general y el 26 queremos ir nuevamente a la fiscalía para exigir respuestas sobre algunas cuestiones que, para nosotros, quedaron pendientes», expresó Bernarda Benítez en diálogo con este medio.
Una de las principales preocupaciones de la madre de Ariel son las contradicciones en los testimonios recogidos a lo largo de la causa. La familia considera que estos elementos deben ser reevaluados para esclarecer la desaparición del joven.
Según explicó Bernarda, “queremos que se vuelva a empezar de cero. No puede ser que no haya algo en el expediente que se pueda retomar. Nos han dicho que ya se hizo todo, pero creemos que hay diligencias que pueden repetirse, como la toma de nuevas declaraciones a los testigos”.
La familia de Ariel sigue esperando justicia, 10 años después de aquel 1 de marzo de 2015, cuando su vida dio un giro inesperado, dejando atrás solo preguntas sin respuesta.