«Si convalidamos esta adquisición realizada en España a instancias del gobierno de Pedro Sánchez, es como convalidar que vuelva ENTEL a la vida diaria de todos los argentinos. Un grupo de telecomunicaciones tan concentrado sería como regresar a la década del ’80 en la Argentina y a los teléfonos rojos de ENTEL«.
La apreciación, que tomaría desprevenido a un millennial, pero no a una persona mayor de 45 años, grafica, con bastante crudeza, el estado actual de las relaciones entre el Grupo Clarín y el gobierno nacional de Javier Milei que preanuncia un nuevo enfrentamiento entre un máximo representante de la Casa Rosada con el poderoso conglomerado de medios y telecomunicaciones.
Pero, más allá de los efectos políticos que vendrán tras la decisión de la administración de Milei, de dar participación al ENACOM y, fundamentalmente, a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, para detener una decisión empresarial y el cierre de un acuerdo realizado en Madrid, existe una estrategia que los asesores del Presidente están dispuestos a utilizar para frustrar los planes de los directivos de Clarín, del inversionista mexicano, David Martínez y de Marc Murtrua, el nuevo CEO de Telefónica que reemplazo en enero pasado a José María Álvarez-Pallete.
Fue Murtrua el que decidió encomendar la venta de su negocio en Argentina hace escasas semanas a JP Morgan y al despacho de abogados Latham & Watkins. Paralelamente, está pendiente de conseguir los últimos permisos regulatorios para la venta de la filial colombiana cerrada con la luxemburguesa Milicom por 370 millones de euros. Y también ha encomendado a JP Morgan desprenderse de México y de la filial peruana que directamente opera con números rojos.
Telefónica S.A. informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores de Madrid que en el día de hoy TLH Holdco S.L.U., filial 100% propiedad de Telefónica, ha vendido la totalidad de las acciones que ostenta en Telefónica Móviles Argentina S.A., representativas del 99.999625% de su capital social y de la totalidad del capital social de su operación en Argentina a Telecom Argentina S.A. El precio total por el 100% de las acciones transmitidas asciende a u$s1.245 millones (aproximadamente, 1189 millones de euros al tipo de cambio actual).
Ahora bien, para el gobierno esto es como volver a las épocas de ENTEL, pero con una diferencia. Telefónica + Telecom implica cerca del 70% del mercado telco, pero también está presente la compañía Claro, de América Móvil, de la familia del empresario mexicano, Carlos Slim.
«El mercado vuelve a un escenario similar a la pre privatización. Una empresa muy dominante y muchas pequeñas. La diferencia la pone Claro, que, de cualquier manera, no tendrá el poder de «junta» de Telecom + Telefónica», señaló un experto del sector.
Otro que será árbitro en la disputa que se vendrá es el titular de la secretaría de Comercio, Esteban Marzorati, un dirigente cercano al PRO, versión Mauricio Macri, que conduce la oficina del Ministerio de Economía, a la que reporta la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.
El expediente AT&T bajo la era Ronald Reagan
Lo que en España se da como un hecho en Argentina hay muchas dudas porque el gobierno intentará detener esta adquisición. Y, entre los casos testigos que estudian los funcionarios, se encuentra la batalla antimonopolio que libró el presidente republicano estadounidense, Ronald Reagan durante la década del ’80 para frenar el monopolio de AT&T en los Estados Unidos.
La batalla contra los inventores del teléfono aún se estudia en las escuelas de negocios y economía y fechan el 8 de enero de 1982 como un hito en la historia de las telecomunicaciones de los Estados Unidos, cuando se firmó el acuerdo que puso fin al monopolio de AT&T, la empresa que había dominado el sector telefónico durante más de un siglo. La desintegración de AT&T, también conocida como el «Divestiture», cambió radicalmente el panorama de las telecomunicaciones, creando un mercado competitivo y estableciendo las bases para el desarrollo de nuevas tecnologías que moldearon la industria moderna.
El crecimiento de esa empresa mítica fue exponencial y se extendió durante cien años. En 1885, se creó AT&T como una subsidiaria de la Bell Telephone Company, empresa fundada por Alexander Graham Bell para comercializar su invento, con el objetivo de construir una red telefónica de larga distancia en Estados Unidos. A lo largo de las siguientes décadas, la empresa creció exponencialmente, adquiriendo otras compañías de telecomunicaciones locales y expandiendo su infraestructura.
El poder monopolístico de AT&T comenzó a ser cuestionado seriamente en las décadas de 1950 y de 1960. Las quejas de las empresas competidoras y las preocupaciones del gobierno sobre la falta de competencia en el sector llevaron a que el Departamento de Justicia de EE.UU. abriera una demanda antimonopolio contra AT&T en 1974. La acusación central era que utilizaba su control sobre el sistema telefónico para sofocar la competencia, dificultando el acceso de otras empresas a la infraestructura de telecomunicaciones.
Después de años de litigios, en 1982, AT&T llegó a un acuerdo con el Departamento de Justicia para dividir su negocio en múltiples empresas independientes, marcando el fin de su monopolio. El acuerdo estipulaba que AT&T conservaría sus operaciones de larga distancia y los laboratorios Bell Labs, mientras que sus 22 compañías operativas locales se reorganizarían en siete nuevas compañías regionales de telecomunicaciones, conocidas como «Baby Bells».
Los que esperan que el gobierno actúe cuanto antes para frenar la venta
Entre los interesados por adquirir la filial nacional de Telefónica se encuentran el grupo Werthein. Conducido por los hijos de Noel Werthein, Daniel y Adrián, poseen intereses en diferentes sectores de la economía como el entretenimiento, los seguros, la industria alimenticia, el agro y, desde luego, la información y las telecomunicaciones.
A mediados de 2024, el grupo acordó con AT&T la compra de la totalidad del capital de Vrio. Se trata de una compañía que ofrecía servicios de contenido en vivo y on demand a través de DirectTV Latin America, SKY Brasil y DirectTV GO y, que en ese momento, contaba con 10,3 millones de suscriptores en 11 países de América Latina y el Caribe. De esa manera, el Grupo Werthein se quedó con DirectTV Latin America y el interés por Telefónica es más que evidente porque crecería su liderazgo en la región.
Referentes del sector de las comunicaciones aseguraron a iProfesional que el actual Canciller de la Nación está completamente alejado de los negocios del grupo que lleva su apellido. Sin embargo, su hijo, Gregorio, por el cual el Milei conoció a su ministro de relaciones exteriores, estaría consultando a importantes inversionistas de los Estados Unidos para reunir los cerca de 1.000 millones de dólares que facilitaría la operación.
Otros candidatos para quedarse con Telefónica
Hay otros empresarios nacionales con interés y se habla del interés del Grupo Olmos, gerenciadores de salud y del Grupo Crónica, y de cierto interés de la familia Sielecki, dueña de Laboratorios Phoenix. Ian Sielecki es en la actualidad embajador argentino en Francia, junto con Rodolfo D’Onofrio de la Estrella Seguros y Marcelo Mindlin de Pampa Energía.
El caso del Grupo Olmos, sería el más extraño por su origen en el peronismo. Vienen del mundo de la salud y las obras sociales y posee medios de comunicación, pero no de telecomunicaciones. En ese sentido, el grupo podría sumar las operaciones de Telefónica para robustecer aún más su negocio dentro de este segmento.
Dirigido por Raúl Olmos, presidente y fundador, Marcelo Carbone, vicepresidente, y Lucas Olmos, director general, el Grupo Olmos es un holding argentino que se fundó en el comienzo del milenio en Mendoza.
«Finalmente, la advertencia de la diputada Lilia Lemoine fue bastante certera cuando habló de presiones del Grupo Clarín ante la fallida entrevista presidencial de TN con el Presidente, Javier Milei. Todo indica que detrás se estaba cerrando el acuerdo con las autoridades de la empresa vendedora en Madrid», explicó un asesor presidencial.