Vecinos del barrio Mistol manifestaron su preocupación por el estado de deterioro en el que se encuentra el pasaje ubicado entre las calles Arenales y Coronel Bogado, sobre la Silvestre Güemes. Según relatan, las baldosas en todos los accesos están rotas y desparejas, lo que convierte el lugar en un obstáculo diario para quienes lo transitan. Sin embargo, el mayor problema se encuentra en el acceso por la calle Silvestre Güemes, donde el daño es más evidente y ha generado múltiples caídas, especialmente por las noches.
El malestar de los vecinos no solo se debe a la falta de mantenimiento en el suelo, sino también a la escasa iluminación del pasaje, lo que incrementa el riesgo de accidentes y lo convierte en un punto inseguro durante los horarios nocturnos. «De día es molesto caminar esquivando las baldosas rotas, pero de noche es directamente un peligro. No se ve nada y mucha gente tropieza», explicó un comerciante de la zona.
Otro de los problemas denunciados por los frentistas es el estado de las tapas de alcantarilla, que se encuentran rotas y descolocadas debido al constante paso de motocicletas. «Hay motos que pasan a toda velocidad y, como las tapas están sueltas, se mueven y quedan peor. Es un problema que venimos sufriendo hace años y nadie hace nada», señaló una vecina que usa el pasaje todos los días para ir a trabajar.
Los reclamos de los habitantes de la zona han sido constantes, pero hasta el momento no han recibido respuestas por parte de las autoridades municipales. «No pedimos nada fuera de lo normal, solo que arreglen las baldosas y pongan más luces. Es una cuestión de seguridad para todos», agregó otro vecino.
El abandono del pasaje no solo afecta la movilidad de quienes circulan a pie, sino que también genera una sensación de inseguridad en el barrio. La oscuridad del lugar en las noches lo convierte en un punto vulnerable para robos o incidentes, algo que preocupa especialmente a quienes regresan tarde de sus trabajos o estudios.
Ante la falta de soluciones, los vecinos exigen que el municipio tome medidas urgentes para reparar el pasaje y mejorar la iluminación antes de que ocurra un accidente más grave. «Parece que siempre tiene que pasar algo peor para que reaccionen. Esperemos que esta vez hagan algo antes de que tengamos que lamentar una tragedia», concluyó un frentista.