Isaak Rudnik, director nacional del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), dialogó recientemente con el Grupo de Medios TVO acerca de las preocupantes observaciones que está realizando el instituto en relación con los precios, la inflación y el consumo en el país.
Rudnik comenzó su intervención destacando los resultados preliminares del relevamiento mensual realizado por el ISEPCI sobre los precios de la canasta básica en comercios de cercanía ubicados en barrios populares. Según los datos obtenidos, durante el mes de marzo se observó un aumento en los precios de los alimentos que rondó el 7 por ciento.
“Estamos viendo que la suba de los alimentos está alrededor del 7 por ciento”, afirmó Rudnik, subrayando la preocupación por el impacto que esto tiene en los sectores más vulnerables de la población.
En este contexto, el director del ISEPCI explicó que el incremento en los precios de los productos básicos está superando el crecimiento de las remuneraciones mínimas, tanto en salarios como en jubilaciones y asignaciones sociales.
“Este es un incremento que está por encima de las remuneraciones mínimas. Estamos verificando la continuidad del deterioro del poder adquisitivo en los sectores de menores ingresos, aun cuando la inflación sea menor que la que tuvimos el año pasado”, expresó Rudnik.
El análisis del ISEPCI también incluyó una reflexión sobre la importancia de la desaceleración de la inflación, un factor clave para las familias argentinas a la hora de planificar sus presupuestos. Sin embargo, Rudnik se mostró cauto al evaluar los efectos de esta desaceleración, sugiriendo que aunque la inflación haya disminuido, esto no necesariamente implica una mejora real en la calidad de vida de los sectores más vulnerables.
“La pregunta es si realmente la desaceleración de la inflación ha tenido un impacto positivo en los sectores de menores recursos, que son los más golpeados por el aumento de los precios”, destacó.
En otro tramo de la entrevista, Rudnik hizo mención de la situación del consumo, el cual sigue sin repuntar. En particular, subrayó que sectores clave de la dieta de las familias argentinas, como la carne, los lácteos, las frutas y verduras, siguen viendo una caída en su consumo. “El consumo no repunta y continúa bajando, sobre todo en los precios que en su momento han sido parte de la dieta de las familias argentinas”, indicó.
La preocupación del ISEPCI se centra en cómo estos aumentos de precios afectan de manera desigual a los sectores más vulnerables, quienes enfrentan mayores dificultades para mantener su poder adquisitivo en medio de un contexto económico desafiante.
El relevamiento y análisis que realiza el ISEPCI continúa siendo una herramienta fundamental para visibilizar los efectos de la inflación en los hogares argentinos y generar conciencia sobre la necesidad de políticas públicas que aborden de manera efectiva las problemáticas económicas que atraviesan los sectores más empobrecidos del país.