Una encuesta realizada a docentes de escuelas públicas provinciales de la ciudad de Córdoba reveló un panorama preocupante sobre las condiciones laborales en el sector educativo. El estudio, desarrollado por el Observatorio del Salario de la UEPC en conjunto con el Observatorio de Conflictividad Laboral de Córdoba, da cuenta de la intensa sobrecarga física, mental y emocional que atraviesan los trabajadores de la educación.
El informe, elaborado en base a 502 encuestas realizadas entre el 13 y el 19 de diciembre de 2024, complementa un trabajo anterior centrado en ingresos y empleo, y expone con detalle cuestiones vinculadas a la salud, uso del tiempo, licencias, problemas en las escuelas y participación sindical.
Licencias y síntomas de desgaste
Uno de los datos más contundentes del relevamiento es que el 92,5% de los docentes debió tomarse una licencia durante el último año. La mayoría de ellas fueron por enfermedades (44,1%), seguidas por licencias por razones particulares (22,5%) y por cuidado de familiares (14,4%).
Revocatoria en Mendiolaza: qué porcentaje votaría la destitución de la intendenta Adela Arning
En términos de salud, el 60,4% de los docentes declaró haber sufrido migrañas, un síntoma directamente relacionado con el estrés laboral. Le siguen las dolencias músculo-articulares (40,4%) y molestias gastrointestinales (39%), todas asociadas a posturas prolongadas, sobrecarga emocional y alimentación desordenada. También se registraron problemas de visión (27,8%) y afecciones en las cuerdas vocales (21,7%).
Sólo el 14% dijo no haber padecido ningún malestar, mientras que más de la mitad sufrió entre dos y ocho afecciones distintas. Estos datos son interpretados por los autores del trabajo como expresión de un deterioro estructural del bienestar físico y emocional de la docencia.
El tiempo que nunca alcanza
El relevamiento también analizó el uso del tiempo fuera del aula. Los datos muestran una jornada que se extiende mucho más allá del horario escolar, con múltiples tareas que condicionan la vida personal.
En promedio, los docentes dedican el 25,8% de su tiempo extraescolar a tareas de cuidado doméstico, el 21,7% a tareas pedagógicas, el 17,3% a actividades administrativas y el 13,4% a traslados. También ocupan el 10,7% en otros trabajos, el 6,5% en esparcimiento y el 4,7% en actividades comunitarias.
Estos números evidencian dobles y triples jornadas, especialmente entre quienes necesitan un segundo empleo para sostener sus ingresos. La combinación de exigencias laborales, cuidado familiar y actividades no remuneradas restringe severamente el tiempo para el descanso, el ocio y la participación social.
Problemas más allá de lo pedagógico
Las problemáticas laborales más señaladas por los encuestados son los bajos salarios (para el 57% es una preocupación muy o bastante importante) y el deterioro de la infraestructura escolar (58%). Estos dos factores estructurales —económico y edilicio— fueron destacados como los principales focos de malestar en el ámbito educativo. En menor proporción, pero no menos relevante, el hostigamiento laboral fue mencionado por el 22% de los docentes, y la intromisión de familiares en el trabajo escolar por el 18%. Estas situaciones emergentes reflejan conflictos interpersonales e institucionales que también afectan la calidad del ambiente laboral.
Crimen de Sebastián Villarreal: el caso muestra un fracaso de la gestión penal juvenil
Al ser consultados sobre cómo gestionan sus conflictos, la mayoría recurre a instancias institucionales o resoluciones individuales, en especial en cuestiones salariales. Por ejemplo, el 50% de quienes enfrentaron problemas con sus haberes optó por gestionarlos individualmente, mientras que el 31% lo hizo a través del sindicato.
En otras problemáticas como violencia de género, hostigamiento o horarios, predomina la resolución a través de autoridades escolares o representación sindical, aunque solo el 10% o menos menciona a sus compañeros de trabajo como vía de resolución, lo que señala una baja articulación entre pares frente a los conflictos cotidianos.
Sindicato: valorado, pero poco consultado
A pesar de la escasa referencia a la organización colectiva para resolver conflictos, el rol del sindicato docente sigue siendo valorado: el 65% lo califica como positivo o muy positivo, frente a un 25% que se muestra indiferente y apenas un 10% que tiene una opinión negativa. La participación sindical es elevada: el 90% de los docentes dijo haber adherido a paros, el 78% participó en movilizaciones y el 62% asistió a asambleas. Las acciones más tradicionales de lucha —como protestas o concentraciones— siguen contando con respaldo significativo.