El mundo de la cocina está lleno de trucos caseros que mejoran mucho las comidas y que son fáciles de aplicar. El pan es un alimento esencial en la mesa de muchas familias, pero no siempre se consume a tiempo y puede ponerse duro rápidamente. Una forma de conservarlo por más tiempo es congelarlo, aunque luego muchos no saben cómo descongelarlo para que quede fresco y esponjoso.
Para evitar que se reseque el producto, existen formas sencillas de devolverle su textura original y que parezca recién hecho. Para esto, solo hay que tener en cuenta una serie de pasos simples que garantizan que el alimento mantenga su calidad después de pasar por el freezer.
Lo primero a tener en cuenta es saber elegir el tipo de pan adecuado. Los que tienen corteza firme y miga densa, como las baguettes o los de masa madre, son ideales para congelar porque conservan mejor la humedad y recuperan su textura con mayor facilidad.
Otro detalle a tener en cuenta es dejarlo enfriar por completo. Si el pan fue horneado o recalentado, es importante que se enfríe antes de ir al freezer, así se evita que el vapor interno genere humedad indeseada al congelarse.
Además, hay que envolver al pan correctamente al guardarlo. Para protegerlo del frío y evitar la formación de cristales de hielo o la absorción de olores, conviene cubrirlo con papel el de aluminio o bolsas especiales para congelar. Un dato no menor es que siempre hay que retirar todo el aire posible.
Si se siguen estos consejos, es posible disfrutar de pan congelado con el mismo sabor y textura que uno recién horneado. Ya sea para el desayuno, una picada o una comida especial, el pan recupera su frescura sin complicaciones y sin perder calidad.