El juzgado a cargo de la Dra. Mariela Portales en la ciudad de Clorinda resolvió el auto de procesamiento contra Roxana Belén Villalba, madre biológica de Nataniel, y su pareja Walter César Ocampo Benítez, en el marco de la causa por el homicidio del niño de 7 años que ingresó sin vida al Hospital Cruz Felipe Arnedo en un caso que conmocionó a toda la provincia de Formosa.
En las últimas horas, se confirmó que los imputados pasarán de prisión preventiva a prisión efectiva mientras avanza el proceso judicial. La causa está caratulada como homicidio doblemente agravado por ensañamiento y alevosía, en el caso de Ocampo Benítez, y en contexto de violencia intrafamiliar agravado por el vínculo, en el caso de la madre.
La versión que cayó por su propio peso
El 29 de enero pasado, la madre y el padrastro de Nataniel afirmaron que el niño había fallecido tras caer de un árbol. Sin embargo, la autopsia reveló una verdad mucho más brutal: el menor presentaba múltiples signos de violencia, incluyendo un vaso roto producto de fuertes patadas y heridas de larga data que evidencian un patrón sostenido de maltrato.
La investigación incorporó además testimonios clave, entre ellos, la declaración en Cámara Gesell del hermanito de Nataniel, quien relató con detalle las torturas a las que eran sometidos. Entre ellas, golpes severos que le fracturaron los pies y castigos crueles como la ingesta forzada de azúcar, lo que derivó en una diabetes que hoy lo hace insulinodependiente.
Un caso con antecedentes
Según denunciaron integrantes del Movimiento Lucio Dupuy en Formosa, el entorno del niño ya había presentado denuncias previas por maltrato infantil, pero no tuvieron respuesta o seguimiento adecuado. Elizabeth González, referente de este movimiento, declaró: “Fue un peregrinar sin descanso en los tribunales hasta que finalmente se lograron reunir las pruebas suficientes para este procesamiento”.
Además, se analiza la posible imputación del padre biológico de Nataniel, a quien acusan de omisión. “Hace dos años sabía de los maltratos y nunca hizo nada para salvar a su hijo. Él podría haberlo salvado y no lo hizo”, señaló González.
El presente de su hermano y el reclamo de justicia
Tras el fallecimiento de Nataniel, su hermanito quedó al resguardo de su tía materna, una enfermera que actualmente ejerce como su figura de contención. Aunque inicialmente no habría intervenido ante los maltratos, hoy se hace cargo del cuidado del niño con el acompañamiento de profesionales.
En paralelo, se conformó la Organización Nataniel Rolón en Clorinda, que se presenta como querellante en la causa. Desde el Movimiento Lucio Dupuy anunciaron que enviarán asesores legales para analizar su posible incorporación como parte activa del proceso.
Este caso, que generó un profundo repudio social y múltiples manifestaciones en la ciudad de Clorinda y otras localidades de la provincia, sigue en el centro del debate sobre la necesidad de reforzar los sistemas de protección infantil y garantizar que ninguna alerta de maltrato pase inadvertida.