sábado, 19 julio, 2025
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Cuestionan al IPC : La realidad de los precios no se refleja en el índice oficial

El director del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), Isaac Rudnik, dialogó con el Grupo de Medios TVO sobre el impacto del Índice de Precios al Consumidor (IPC) difundido por el INDEC y las diferencias con la percepción cotidiana de los argentinos, especialmente en los sectores populares.
“Si bien en los últimos meses se observa una desaceleración en la dinámica inflacionaria, con aumentos por debajo del 2%, la realidad que experimentan las familias dista de esa cifra”, afirmó Rudnik. Según el referente del ISEPCI, los aumentos que viven diariamente los consumidores al acercarse a un kiosco o comercio de cercanía no coinciden con los datos que mes a mes publica el organismo oficial.

Una inflación que se siente
más que lo que se mide

Rudnik reconoció que, en comparación con la primera parte del año pasado —cuando se registraron aumentos de precios superiores al 10% e incluso del 25% tras el cambio de gobierno—, la suba de precios de productos de consumo masivo se ha moderado. Sin embargo, destacó que persisten dudas sobre la representatividad de la medición oficial del INDEC.
Uno de los principales cuestionamientos del ISEPCI se dirige a la canasta utilizada para medir el IPC, que, según Rudnik, “está desactualizada” y no refleja el consumo real de las familias actuales. “La canasta fue conformada alrededor del año 2005, y muchos de los bienes y servicios que hoy tienen fuerte incidencia, como internet o la telefonía móvil, no estaban contemplados con el peso que hoy deberían tener”, explicó.

Desconexión entre los
datos y la experiencia
cotidiana

Para Rudnik, esta brecha entre lo que mide el INDEC y lo que sienten las familias alimenta la desconfianza: “Es generalizada la manifestación cuando uno pregunta en la calle o en el barrio… que el anuncio del INDEC de que la inflación de junio fue del 1,4% no refleja lo que está pasando en su propio presupuesto”, sostuvo.

El costo de los alimentos
y la desigualdad en el
conurbano

El director del ISEPCI también puso el foco en el comportamiento de los precios en los barrios del Gran Buenos Aires, donde las carnes, lácteos, harinas y sus derivados —productos esenciales en la dieta infantil— son los que más aumentaron en los últimos meses. Esta tendencia se da incluso en un contexto de caída en el consumo.
Según Rudnik, esta situación no sólo afecta el bolsillo, sino también la salud nutricional de las familias. “El consumo de carnes, frutas y verduras ha disminuido. Hay un reemplazo hacia productos más económicos, basados en harinas y grasas, lo que representa una degradación en la calidad alimentaria”, alertó.

Cambio de hábitos
forzado por el ajuste

La entrevista también abordó el impacto del ajuste en los presupuestos familiares. Ante el aumento de gastos ineludibles como transporte o servicios, las familias recortan principalmente en alimentación. “Los argentinos están corriendo de los productos más caros hacia otros que, aunque menos nutritivos, les permiten cubrir el hambre”, sostuvo.
Finalmente, Rudnik subrayó la importancia de revisar los criterios de medición del IPC y actualizar las canastas de consumo para que los indicadores económicos reflejen con mayor precisión la realidad de los hogares argentinos.

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