Ambas enfermedades son respiratorias y, aunque son parecidas, presentan síntomas distintos. Cada una requiere de un tratamiento adecuado y específico para su curación, y estar atento a las complicaciones que pueden desarrollar.
Desde el Ministerio de Desarrollo Humano recordaron que las bajas temperaturas y los cambios bruscos de clima favorecen a una mayor circulación de los virus respiratorios, aumentando el riesgo de sufrir algunas enfermedades, muy frecuentes en esta época, como son los resfríos y la gripe.
Estas dos patologías respiratorias son causadas por diferentes tipos de virus y presentan diferencias notables en cuanto a la rapidez de la aparición y la intensidad de los síntomas.
El resfrío generalmente es originado por el rinovirus y suele presentar síntomas leves como: febrícula, congestión y goteo nasal, estornudos, irritación ocular, tos leve o moderada y dolor de garganta.
Tiene una duración más corta que la gripe, generalmente de unos pocos días y los síntomas se dan de manera gradual, mejorando con cuidados básicos, como: reposo, consumo de líquido y otros.
“Pero podría haber algunas complicaciones en días posteriores al inicio de los síntomas”, aclaró el subsecretario de Medicina Sanitaria, el doctor Manuel Cáceres.
Y si bien “son normalmente de evolución benigna, pueden agravarse, sobre todo en niños y en adultos mayores. Por lo tanto, es necesario estar atentos para hacer la consulta médica temprana”, indicó.
La gripe, en cambio, es causada por el virus influenza y sus síntomas suelen ser más graves: fiebre desde 38° en adelante, dolor de garganta, dolores musculares intensos, escalofríos, dolor de cabeza, cansancio y debilidad que pueden durar varios días.
En esta patología, los síntomas aparecen abruptamente “comenzando con fiebre alta, superior a los 38°C y continuando con los demás. En muchos casos, la fiebre puede durar la primera semana y la debilidad general que siente la persona puede extenderse, incluso, después de que la fiebre desaparezca”, agregó el médico.
Seguidamente marcó que en las personas más vulnerables “como los adultos mayores, niños pequeños, embarazadas y pacientes con enfermedades crónicas, si la gripe no es tratada a tiempo y de manera correcta puede acarrear complicaciones graves”.
Por eso, “en estos pacientes, la consulta médica siempre debe ser temprana. Y ante la persistencia de los síntomas se debe volver a consultar inmediatamente porque los cuadros graves pueden, incluso, llevar a la muerte”, subrayó Cáceres.
Reiteró entonces que, aunque difieren una de otra en los síntomas y otros aspectos, las dos pueden presentar complicaciones y desencadenar en otras patologías como bronquiolitis, bronquitis, neumonías y otros cuadros de dificultad respiratoria grave. Por este motivo, es fundamental “no automedicarse y hacer la consulta médica rápidamente”, insistió.
Prevención
En cuanto a la prevención, el Subsecretario señaló que para ambas enfermedades es necesario implementar algunos cuidados, como el lavado de manos frecuente con agua y jabón, evitar el contacto cercano con personas que tienen síntomas respiratorios, uso del alcohol en gel y del barbijo en lugares cerrados o con poca ventilación.
Del mismo modo, ventilar los ambientes, en lo posible de forma cruzada; evitar permanecer en espacios donde hay muchas personas; toser y estornudar en el pliegue interno del codo; utilizar pañuelos descartables; no compartir elementos de uso personal, útiles, cubiertos, mate y otros objetos.
Antigripal
Y resaltó que, además de esas medidas, en el caso de la gripe, la principal es la vacunación antigripal en las personas consideradas de riesgo, para evitar que avance a cuadros graves.
“La vacuna está incorporada al calendario de vacunación, es gratuita y obligatoria para los grupos de riesgo y en nuestra provincia, se aplica en los centros de salud y hospitales de toda la provincia”, concluyó.