El segundo día del juicio contra Claudio Contardi (57), el ex marido de la actriz y modelo Julieta Prandi (44), tuvo un peculiar episodio. La sala 2 de los tribunales de Campana tuvo que ser desalojada luego de que sonara la alarma de monóxido de carbono por problemas con una estufa.
Después de un cuarto intermedio y la intervención de personal del área de mantenimiento, pudieron reanudar los testimonios de la audiencia.
Antes de ingresar a la sala, Contardi habló brevemente con la prensa y afirmó: «El tiempo va a demostrar que soy inocente«. Y dijo no saber por qué lo denunció su ex esposa.
Los jueces Lucía Leiro, Daniel Rópolo y Mariano Aguilar, del Tribunal Oral N° 2 de Campana, escucharon a los testigos ofrecidos por la defensa y por la fiscalía.
Primero empezó Angel Pelozo, un vigilador del barrio privado Septiembre, de Escobar, en el que convivieron Contardi y Prandi junto a sus dos hijos (que ahora tienen 14 y 10 años) y donde se habrían cometido los abusos denunciados.
Los nuevos abogados de Contardi, Claudio y Thomas Nitzcaner, pidieron que se incorporaran tres testigos de la defensa, pero les permitieron solamente incorporar al jefe de seguridad de Septiembre desde hace 25 años.
El hombre dijo que «ella entraba y salía todo el tiempo, con el esposo o en remises» y sostuvo que «prácticamente siempre venía un coche y la llevaba».
El testimonio de Pelozo fue solicitado por Contardi en su declaración de este miércoles, en la que intentó defenderse de las acusaciones de su ex pareja, quien denunció que no él le permitía salir sola y que la llevaba y traía a todos lados porque no manejaba.
Para Javier Baños, del estudio de Fernando Burlando, el relato le permitió corroborar el testimonio de Prandi «porque contó que nunca salía sola».
Luego fue el turno de Verónica Maciel, amiga de Prandi, que corroboró el relato de la mujer respecto de que siempre que la visitaban «había gente alrededor», pero detalló que en una de los encuentros la vio «desdibujada» porque «no era la Julieta que conocía y había bajado mucho de peso, estaba angustiada, no podía mantener la mirada».
Fue durante su relato que comenzó a sonar la alarma que detectaba monóxido de carbono en la sala y tuvieron que desalojarla.
Lorena Ré, otra amiga de Prandi, contó que en una oportunidad la modelo le suplicó: «Si no venís a verme, yo me muero«. Fue a visitarla de urgencia.
«Un día que la fui a visitar a su departamento de Martínez no tenía ni para comprar un kilo de milanesas«, sostuvo y añadió y que la vio «rearmarse sin un peso».
Luego fue el turno de otra amiga de Prandi, Verónica Maciel, y de su psicóloga, Florencia Crupi. Y de la perito oficial psicóloga Bárbara Tomasich.
En el juicio había citados 13 testigos y se prevé que el viernes se realicen los alegatos de las partes, tras lo cual podría conocerse el veredicto.
Los hechos habrían ocurrido en «fecha indeterminada, entre el 28 de julio del año 2015 y el mes de marzo del año 2018». Fueron denunciados penalmente por Prandi el 13 de octubre de 2021 ante la Comisaría de la Mujer y Familia de la localidad de Martínez.
El fiscal Christian Fabio lleva adelante la acusación contra el empresario gastronómico por «abuso sexual reiterado agravado«.
EMJ