La comunidad de Los Chiriguanos se encuentra conmocionada tras una serie de graves denuncias contra el intendente Antonio Caldera. A la acusación presentada por un joven de 23 años se suma ahora el testimonio de Carlos Bordaliza, un vecino que asegura haber sido agredido por orden del propio jefe comunal durante las recientes elecciones. El caso fue revelado en una entrevista en el programa radial Exprés En Radio FM VLU 88.5 del Grupo de Medios TVO.
Bordaliza, quien se desempeñaba como fiscal general de mesa por el Partido Justicialista (PJ), relató los dramáticos hechos ocurridos el día de los comicios. Según su testimonio, el intendente Caldera irrumpió en la escuela donde se encontraba y, acompañado por un grupo de personas, le exigió que se retirara.
«Me preguntó qué estaba haciendo y yo le respondí que estaba cumpliendo mi función de fiscal general», explicó Bordaliza. Ante su negativa a obedecer la orden, Caldera habría dado la instrucción directa a sus acompañantes: «Péguenle, péguenle y sáquenlo de ahí urgente».
El vecino detalló que, a pesar de la presencia policial, el grupo se le abalanzó, lo que provocó un momento de tensión y violencia. La situación es particularmente llamativa, ya que Bordaliza trabajaba para un candidato del mismo PJ, pero de una lista diferente a la del intendente.
Este hecho, según el denunciante, sería el motivo de la agresión. «Yo le dije que sobre mi persona no tiene autoridad porque yo soy libre y estamos en democracia. Yo puedo escoger al candidato que a mí me guste», afirmó Bordaliza, quien cree que la agresión fue una represalia por no apoyar la candidatura del intendente.
Una denuncia que trasciende lo político y pone en riesgo a la familia
Inmediatamente después de los incidentes, Carlos Bordaliza se dirigió a la comisaría para radicar la denuncia. Sin embargo, su decisión va más allá de la agresión física sufrida. El vecino expresó su profunda preocupación por la seguridad de su familia, especialmente por sus dos hijos adolescentes.
«Lo hice mayormente por mis hijos, porque tengo dos hijos adolescentes, los cuales salen y uno no sabe qué reacción puede tomar esa persona con el poder que tienen», manifestó con notable angustia. Esta preocupación se fundamenta en lo que él describe como un patrón de persecución y amedrentamiento. Bordaliza señaló que, desde el incidente, su familia lleva dos semanas sin recibir agua potable, un servicio que se gestiona a través del municipio.
«A veces uno parece que por estas consecuencias se calla, ¿no? Pero creo que viendo cómo pasó acá con el vecino… entonces uno ya decidí hacerlo público», comentó Bordaliza, refiriéndose a la otra denuncia contra el intendente. «Esto confirma que no solo a él le está pasando, a mí también y quizás a otras personas, pero bueno, por ahí la gente se calla porque nadie hace nada», sentenció.
Un patrón de «prepotencia» y «autoritarismo»
La entrevista reveló que, según Bordaliza y otros vecinos, el comportamiento de Caldera no es nuevo. El entrevistado calificó su accionar como «siempre fue así agresivo, como que quiere intimidar a la gente». Esta percepción de prepotencia y autoritarismo, sumada a las denuncias de abuso de poder, ha generado un profundo descontento en la comunidad.
Bordaliza considera que el accionar de la justicia es fundamental, ya que el intendente «no se da cuenta que son empleados públicos, están y se le deben al pueblo. No es que son dueños del pueblo».
El caso del agua también ha escalado. El concejal electo del oficialismo, a quien Bordaliza acompañó, radicó una denuncia por la misma problemática. Los vecinos, organizados, se acercaron a la comisaría para dejar constancia de la falta de servicio, con la policía registrando el estado de las cisternas.
A pesar de haber radicado la denuncia, Bordaliza no recibió una copia, pero planea solicitar el número de expediente para entregárselo a su abogado y así continuar con los pasos legales correspondientes. El vecino confía en que la divulgación de su caso en los medios de comunicación y la presión social servirán como un respaldo para su seguridad y la de su equipo.
La situación en Los Chiriguanos pone en evidencia la importancia de la actuación de la justicia y la necesidad de que las autoridades respondan por sus actos, especialmente cuando se trata de denuncias que señalan un abuso de poder y una conducta autoritaria.