Una helada inesperada, con temperaturas que cayeron hasta los 5 grados bajo cero, ha arrasado con los cultivos de banana, mandioca, batata y cucurbitáceas, dejando a cientos de familias en una situación desesperante. Este fenómeno climático se suma a un lustro de sequía que ya había debilitado la producción, llevando a los productores a un punto de quiebre.
Un golpe terminal para las economías regionales
Según Pánfilo Ayala, presidente de la filial Laguna Naineck de la Federación Agraria Argentina (FAA), la situación es “un golpe terminal” para las economías regionales. Ayala, en diálogo con el canal de noticias TN, aseguró que la producción “está en agonía”. La helada, que “azotó toda la provincia y nos sorprendió”, ha aniquilado lo poco que quedaba de los cultivos tras cinco años de sequía. “Veníamos de cinco años de sequía que ya habían afectado todos los cultivos, pero esto nos terminó de quebrar”, lamentó el dirigente. El panorama es tan desolador que Ayala ha calificado el momento como una situación en la que “tocamos fondo”.
El modelo formoseño en jaque
La crisis actual se agrava en un contexto histórico de declive para la producción bananera en Formosa. Ayala recordó que antes de la llegada de Gildo Insfrán al gobierno, la provincia contaba con unas 12.000 hectáreas de banana, mientras que hoy en día apenas sobreviven unas 200. “El modelo formoseño destruyó más del 90% de la producción bananera. Con esta helada, lo poco que quedaba prácticamente desapareció”, afirmó. Este declive no solo ha afectado la producción, sino que también ha tenido un fuerte impacto social.
“Una situación social desesperante”
El impacto de la helada no es solo económico, sino también profundamente social. Muchas familias campesinas, cuya subsistencia depende de estos cultivos, se han quedado sin recursos para reactivar sus chacras. “Estamos quebrados. Las familias no tienen cómo sostenerse ni cómo volver a producir”, expresó Ayala con angustia. La pérdida de los cultivos de banana, mandioca y batata ha sumido a estas familias en una situación de extrema vulnerabilidad. “Es muy angustiante y triste”, añadió.
Pedido de asistencia urgente
Ante este panorama desolador, Ayala ha lanzado un llamado de auxilio a las autoridades provinciales y nacionales, reclamando una “ayuda extraordinaria” para salir de la crisis. “Ojalá haya voluntad política para que los funcionarios se sensibilicen con lo que estamos viviendo”, manifestó. El dirigente subraya que la situación social es “desesperante” y que se necesitan “respuestas rápidas”.
Ayala también advirtió sobre la creciente ausencia del Estado en el interior formoseño, donde la pobreza se profundiza y la falta de oportunidades expulsa a las familias rurales. “Lo que vemos es que a la provincia no le interesa. Esta crisis se agrava porque no hay políticas para sostener la producción. Si no hay ayuda, lo que queda de nuestras chacras desaparece”, concluyó. Su voz, que lamenta haber “tocado fondo” y estar en “agonía”, resuena como el clamor de cientos de familias que luchan por sobrevivir.