En una reveladora entrevista en el programa radial «Exprés En Radio FM VLU 88.5», el presidente de la Cámara de Pequeñas y Medianas Empresas de Formosa (CaPyMEF), Carlos Werlen, brindó un panorama desolador pero realista sobre el estado actual de las PYMEs en la provincia. En un contexto nacional de dificultades económicas, las empresas locales enfrentan un cóctel de problemas que va desde la caída del poder adquisitivo hasta la competencia desleal, poniendo en jaque su supervivencia.
Una recuperación económica que no llega
A pesar de las promesas de un nuevo gobierno y las cifras macroeconómicas que, según el análisis, sugieren una mejora, la realidad del día a día es muy distinta. Werlen fue categórico al afirmar que las expectativas de una recuperación no se han cumplido. Si bien se ha logrado una contención de precios y, en algunos casos, incluso una baja, este efecto positivo no se traduce en un aumento de ventas. La razón es simple: el consumo no repunta.
“Lógicamente que todos pensábamos que a esta altura de los tiempos de este nuevo gobierno íbamos a estar en una en una posición totalmente distinta de la que estamos.”, señaló Werlen, subrayando que las cifras de ventas siguen “golpeadas”. El fenómeno es una espiral negativa: la baja de precios no se corresponde con un aumento en las ventas, llevando a las empresas a una situación insostenible. “O sea, nosotros cada vez tenemos mayores costos, menores rentabilidad y menos venta. O sea, nos golpea muy fuerte.”, sentenció.
La competencia desleal de Paraguay y los cambios en el consumo
Un factor de peso que agrava la crisis es la dinámica de frontera. El presidente de la CaPyMEF destacó la “competencia que tenemos es desleal de del otro lado del del del río, ¿no? Que es Paraguay”. El problema no es nuevo, pero ha evolucionado. Si bien históricamente se asociaba a la compra de productos específicos como textiles o tecnología, hoy el fenómeno se ha masificado al punto de que los formoseños cruzan la frontera para hacer las compras de supermercado completas, lo que perjudica directamente a todo el circuito comercial local.
Werlen también analizó el cambio en los hábitos del consumidor, quien ya no gasta de manera habitual, sino que ajusta su presupuesto. «Hoy ese consumidor está gastando más dinero en pagar impuestos que en consumo propio en sí, ¿no? Y eso afecta directamente, por supuesto, a nuestras pimes.”
Un cóctel de problemas: costos, impuestos y falta de apoyo
La caída del poder adquisitivo es solo una de las múltiples causas de la situación. Werlen mencionó otros factores que conforman un “cóctel” letal para las pequeñas empresas: la desaparición de negocios que se ven obligados a cerrar por el aumento de los costos fijos como alquileres y tarifas de luz, y el consecuente aumento del desempleo. “Estamos viendo día a día las informaciones de ustedes, de los diarios, de todo, como las pymes están cerrando, cómo se venden.”
El presidente de la cámara también criticó la visión del gobierno nacional. “Nuestro reclamo de las pymes nacionales también incluyendo a la forma, o sea, que el gobierno nacional debería empezar a a no pensar tanto en la macro, porque ellos se interesa en la macro, porque la micro lamentablemente la economía regional y las pymes se están cayendo día a día.” La falta de un sistema financiero accesible es otro obstáculo, con tasas de crédito impagables (alrededor del 60%) frente a una inflación en el primer trimestre del 17%.
Un futuro incierto y la lucha por sobrevivir
El panorama a corto y mediano plazo no parece alentador. Según Werlen, no se esperan grandes cambios para el resto de 2025 y el año 2026. A nivel local, si bien se mantienen conversaciones con el gobierno provincial y la municipalidad, estos organismos también se encuentran en una situación crítica que les impide brindar alternativas.
A pesar de la adversidad, las PYMEs hacen un esfuerzo heroico para evitar despidos. “Estamos haciendo todo el esfuerzo para que eso no ocurra, pero necesitamos algo más claro, una política económica.”, concluyó. La esperanza reside en la posibilidad de que, en un futuro, se puedan ir “achicando impuestos” de manera gradual para aliviar la carga de un sector que, a pesar de todo, sigue luchando por mantenerse a flote.