Entre la lealtad y la sumisión: cuando el Tesoro de EE.UU. gobierna el mercado argentino
- Lic. Faustino Duarte
Lic.enHistoria
Hay situaciones en el devenir historico que resurgen en el tiempo. A veces con ropajes o personajes y hasta con mensajes diferentes, pero con el mismo objetivo y significado. A 80 años de la gesta popular que marco un hito en la historia Argentina. la realidad politca social nos pone de nuevo frente a la misma disyuntiva: Sostener la lucha por la Independencia real, la soberania politica y la justicia social, o sucumbir a la entrega ante el imperialismo de turno.
Milei habla de libre mercado. Pero mientras tanto, el gobierno de Donald Trump, a través del Departamento del Tesoro —el equivalente norteamericano de un Ministerio de Economía— interviene directamente en el mercado argentino y, más grave aún, en la política interna de nuestro país.
La palabra “soberanía” parece haber quedado reducida a una pieza de museo, útil sólo para discursos patrióticos, pero ajena a las decisiones reales del poder.
El gobernador Gildo Insfrán lo dijo con todas las letras en el acto por el Día de la Lealtad Peronista: “El presidente de los Estados Unidos le ordenó a Milei que tenía que ganar las elecciones del 26 de octubre para que ellos sigan apoyando a nuestro país”.
Lo que ayer se hacía en secreto mediante acuerdos del FMI, hoy se anuncia con naturalidad desde conferencias de prensa. Ya ni se disfraza la tutela extranjera: se la exhibe como alianza.
El disfraz del libre mercado
El discurso del llamado “libre mercado” se desploma cuando se observa la realidad.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. compra pesos argentinos, interviene en el tipo de cambio y condiciona la política económica nacional.
En palabras sencillas: el Estado norteamericano sostiene artificialmente a un gobierno que predica el antiestatismo.
Lo hace, claro está, en defensa de sus propios intereses estratégicos, no de los del pueblo argentino.
¿De qué libre competencia puede hablarse cuando el valor de nuestra moneda depende de las órdenes que salen de Washington? ¿Qué independencia económica puede reclamarse cuando el Tesoro de otro país actúa como prestamista, juez y gendarme de nuestras finanzas?
La ironía es brutal: Milei critica la intervención estatal mientras sobrevive gracias a la intervención de otro Estado.
Insfrán y la lealtad que nace del corazón
En su discurso, Insfrán evocó la gesta del 17 de octubre de 1945 como un renacer popular frente a la infamia oligárquica. Recordó que “cuando la Patria está en peligro, todo está permitido, menos no defenderla”.
Y hoy la Patria vuelve a estarlo: no por invasión militar, sino por colonización financiera y cultural.
El gobernador hizo un recorrido histórico de la dependencia argentina, desde el empréstito británico de 1824 hasta los pactos de la Década Infame.
Su lectura no es sólo económica, es moral: cada deuda que se toma sin soberanía se paga con la dignidad del pueblo. Y cada ajuste impuesto desde afuera se cobra en despidos, hambre y desesperanza.
Por eso su llamado no fue nostálgico, sino urgente. “El enemigo lo tenemos enfrente”, dijo. “Y hoy requerimos nuevamente sacar ese espíritu patriota de cada uno, porque la Patria está en peligro”. La frase, que remite a San Martín y a Perón, sintetiza el dilema contemporáneo: ser leales al proyecto nacional o sumisos al mandato extranjero.
Deuda, memoria y resistencia
Cuando Insfrán denuncia que Milei “se hace el león con los débiles y el perrito faldero con los poderosos”, no recurre a la metáfora gratuita.
Señala una realidad palpable: los jubilados, los discapacitados, los hospitales y las provincias sufren el látigo del ajuste, mientras el presidente viaja a rendir cuentas ante Trump como quien visita a su patrón.
Desde una mirada histórica, no es la primera vez que la Argentina es laboratorio de un experimento económico ajeno.
Ocurrió en los años treinta, en los noventa y hoy vuelve con nuevos ropajes y viejos amos.
El resultado siempre es el mismo: más pobreza, menos industria, más concentración de la riqueza.
Insfrán respondió a esa lógica con un mensaje simple: “El 26 de octubre, con la Boleta Única Papel, fuerte al medio y con el corazón, vamos a demostrar que en Formosa hay peronismo y lealtad”. No es una frase electoralista.
Es la reivindicación de un pueblo que no acepta que le dicten desde afuera su destino.
Epílogo
Ochenta años después del 17 de octubre de 1945, la historia vuelve a llamarnos al mismo desafío: elegir entre la lealtad a la Patria o la sumisión a los poderosos.
El discurso de Insfrán no fue un acto partidario más; fue una convocatoria y advertencia histórica.
Porque cuando el Tesoro de otro país dicta nuestra política económica, lo que está en juego no es una elección: es la independencia misma de la Nación.
Y como escribió Perón, “la verdadera lealtad es la que nace del corazón”. Hoy, en tiempos de neocolonialismo financiero, esa frase vuelve a tener sentido literal: o se vota con el corazón o se vive con cadenas invisibles.