domingo, 19 octubre, 2025
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Llamamiento a la Esperanza y la Santidad en el Domingo de las Misiones


Homilía Profunda de Monseñor Conejero Gallego en la Iglesia Catedral

En la mañana del domingo 19 de octubre de 2025, la Iglesia Catedral fue escenario de una Eucaristía solemne presidida por Monseñor Conejero Gallego. Su homilía, extensa y rica en contenido espiritual y social, se enmarcó en el Domingo Mundial de las Misiones —celebrado bajo el lema «Misioneros de Esperanza entre los Pueblos»— y el Año Santo Jubilar «Peregrinos de Esperanza». El obispo ofreció un detallado recorrido por los eventos diocesanos recientes, el ejemplo de los nuevos santos y una fuerte reflexión sobre la oración perseverante y la responsabilidad cívica.

Una Diócesis en Misión: Frutos del Espíritu Santo

Monseñor Conejero Gallego comenzó expresando el gozo de la Diócesis ante los frutos visibles de la fe y el Espíritu Santo, destacando la ola de Confirmaciones que se llevan a cabo en la Catedral y parroquias cercanas, un proceso que se extenderá hasta diciembre.

«Ven ustedes lo hermoso que han preparado acá los hermanos de la liturgia porque el pasado viernes se llevó a cabo acá en el Templo Parroquial. Dentro de la Eucaristía el Sacramento de la Confirmación de 50 jóvenes y este próximo jueves Dios Mediante de adultos y de niños o adolescentes especiales con discapacidad», compartió el prelado con evidente satisfacción. Este proceso es visto como una renovación de Pentecostés. «Durante todo este mes de Octubre y el de Noviembre y días también de Diciembre se están llevando a cabo el Sacramento de la Confirmación lo cual es motivo de gozo porque el Espíritu Santo desciende como el día de Pentecostés en el que los apóstoles se llenaron del Espíritu Santo y salieron a anunciar y a predicar la noticia del Reino de Dios que es Jesús el Señor».

Además, la Diócesis celebró la ordenación diaconal de un futuro sacerdote. «Ayer también en la localidad de Riacho G. Nueva Parroquia de San Francisco Solano se llevó a cabo la ordenación diaconal de Pablo Matías Patiño diácono transitorio porque aspira al presbiterado. Realmente fue una celebración gozosa, el pueblo entero se volcó», narró, destacando la participación de fieles, presbíteros, diáconos y religiosas, especialmente de la parroquia de San Miguel Arcángel, de donde es oriundo el nuevo diácono. El obispo señaló que la agenda misionera y sacramental continuaba esa tarde en El Espinillo y al día siguiente en Loma Zapatú y Tres Lagunas.

Fidelidad y Conciencia: El Voto como Acto de Hijos de Dios

Abordando la realidad social y política inmediata, Monseñor Conejero Gallego hizo un llamamiento a la madurez democrática ante las próximas elecciones, en una sociedad que describió como «herida, confrontada, peleada».

«El próximo domingo serán las elecciones y esto es motivo a veces lamentablemente de conflicto y de confrontación en lugar de ser un día sereno, democrático, de libertad donde cada uno elige lo que cree en conciencia, que es como debe de ser pero respetándonos unos a otros, sin agravios, sin violencia como corresponde a personas bien educadas, hijos de Dios», exhortó. «En fin, creo que todo esto lo sabemos pero hemos de procurar ponerlo en práctica». En esta sección, el obispo vinculó la fe con el ejercicio de la ciudadanía, enfatizando el respeto como un deber cristiano fundamental.

La Santidad en lo Cotidiano: Un Legado Misionero

La homilía dedicó un espacio significativo a la figura de los santos, resaltando su valor como «ejemplo y estímulo»para todos los fieles. El obispo mencionó las siete nuevas canonizaciones realizadas esa mañana por el Papa, que incluyen «mujeres, varones, laicos, religiosas que han dado testimonio de Jesús y su entrega y servicio a los pobres, a los enfermos», entre ellos la religiosa salesiana María Tronquino, misionera en Ecuador, y el médico laico venezolano José Gregorio Hernández.

El Monseñor profundizó en la vocación universal a la santidad«Todos tenemos la vocación de la santidad, sea cual sea nuestro estado de vida laico, vida consagrada, vida ministerial, porque Dios es santo».

Para ilustrar esta idea, recordó el aniversario de la canonización de José Alamano, fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata, quienes realizaron un importante trabajo pastoral en esta diócesis, especialmente en Virané, Palo Santo, Estanislao del Campo y Pozo del Tigre. De Alamano, citó la frase lapidaria«primero santos, después misioneros»«Es una frase breve pero que tiene mucho contenido, la santidad, la santidad que vivir conforme la voluntad de Dios». Con esto, Monseñor Conejero Gallego simplificó la santidad como fidelidad y constancia«fidelidad y constancia, perseverancia en hacer el bien y la voluntad de Dios, ahí donde nos encontremos con sencillez en lo ordinario y cotidiano de la vida cumplir con nuestras obligaciones, esa es la santidad».

La Oración Fiduciaria: Vencer la Injusticia y el Interés Personal

La oración fue el eje central de las lecturas dominicales y, por lo tanto, de la reflexión del obispo, quien la definió como un «elemento fundamental de la vida cristiana».

Recurrió a la Primera Lectura del Éxodo, donde Moisés debe mantener sus brazos elevados para que el pueblo de Israel, guiado por Josué, venza a los amalecitas. «Moisés cuando tenía las manos, los brazos elevados a Dios, Josué vencía a los amalecitas y cuando bajaba los brazos perdía la batalla el pueblo de Israel, entonces le sostenían los brazos a Moisés para que siguiera intercediendo a Dios por su pueblo», citó, subrayando la intercesión perseverante. Luego, citando a San Pablo, enfatizó que la Sagrada Escritura debe ser «leída, meditada y puesta en práctica» para «discernir el bien y el mal».

En la lectura del Evangelio, Jesús insiste en «la necesidad de orar sin desanimarse constantemente, en todo tiempo»Monseñor Conejero Gallego la definió, citando a Santa Teresa de Jesús, como «una cuestión de amistad de tener tiempo para estar con Dios porque sabemos que nos ama».

La parábola del juez injusto y la viuda importuna sirvió para realzar el contraste entre la justicia humana y la divina. «Había una viuda que le pedía a un juez que le hiciera justicia y este ni caso, no le llevaba el apunte para nada pero la mujer insistía, insistía no sé como dicen aquí, como perro de sulky, creo, es decir, bueno que el juez dijo a mí no me importa ni de Dios ni de la justicia pero con tal de que me deje de molestar esta mujer le voy a hacer justicia hemos escuchado, ¿verdad? y entonces Jesús se pregunta, ¿cuanto más su Padre Celestial que es bueno, que ama la justicia, no hará caso a aquellos que le supliquen y que le pidan?».

El obispo usó la parábola para contrastar la confianza absoluta en Dios con la decepción en la ayuda humana interesada«Nuestra ayuda está en el nombre del Señor no esperemos de otras ayudas que son interesadas y en el campo de la política especialmente porque a veces no se obra con rectitud de conciencia o por el bien común… sino por intereses personales de partido o de facciones y no siempre los más pobres y necesitados son los primeros y privilegiados en ser atendidos».

Un Grito por el Hambre: El Cuestionamiento del Papa

Como cierre de su reflexión social, el Monseñor se refirió al reciente discurso del Papa Francisco ante la FAO(Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) en Roma, un valiente cuestionamiento a las potencias mundiales.

«Que valentía el Papa León [Francisco]… y ahí ha cuestionado a toda la humanidad también a nosotros que en una época de tantas tecnologías en una época moderna donde hay tantos logros es una vergüenza que más de 700 millones de personas pasen hambre y haya tantos niños desnutridos en el mundo justamente por la incapacidad o por la falta de solidaridad de políticas económicas que crecen, a lo mejor pero que están muy mal repartidas y hay unas desigualdades iniguales», enfatizó. «Él, ante esta asamblea era escuchado por tantas naciones y países seguramente ha dicho que cuando se radique el hambre en el mundo seguramente va a ser motivo de paz y de alcanzar la paz tan necesitada».


Compromiso Final: Ser Fieles y Misioneros de Esperanza

El Monseñor concluyó con una reafirmación de los pilares de la jornada«hoy la palabra de Dios nos invita por tanto a la oración nos invita también a la santidad nos invita a crecer en la fe a la misión evangelizadora». Dejó abierta la posibilidad de que, incluso entre los presentes, surjan «santos anónimos»«Lo cierto es que entonces sigamos orando en este mes del Santo Rosario mes misionero y seamos motivo de esperanza cumpliendo siempre la voluntad de Dios como hemos pedido al Señor al inicio de la misa concédenos Señor ser fieles a tu santa voluntad que así sea».

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