Una comerciante de Oberá, en la provincia de Misiones, denunció una situación tan insólita como inquietante: tras perder su celular en la vía pública, su pareja descubrió que el dispositivo había sido utilizado para realizar compras. La investigación derivó en la detención de dos sospechosos.
Todo empezó en el barrio Nuevo Kilómetro Cero, cuando el teléfono de la pareja de la denunciante terminó en el suelo, justo frente a su domicilio. Nadie sospechaba que ese descuido inicial derivaría en una maniobra que activó el protocolo de urgencia en la comisaría local.
Según informaron fuentes del caso, la comerciante de 35 años se percató horas más tarde de movimientos sospechosos en una aplicación de pagos. Los consumos no autorizados, que se acumularon rápidamente, alcanzaron la suma de 565.680 pesos.
Al recibir la denuncia, la Policía de Misiones puso en marcha un operativo que incluyó el análisis de cámaras de seguridad en la zona y la revisión de registros en diversos comercios. Las imágenes permitieron reconstruir no solo el recorrido del dispositivo, sino también identificar a las personas que lo manipularon. Las grabaciones mostraron cómo una adolescente recogió el celular extraviado, para luego pasar a manos de dos jóvenes que lo usaron para realizar compras en distintos puntos de la ciudad.
En una primera instancia, lograron detener a un joven de 20 años, quien quedó alojado en sede policial y a disposición de la Justicia. Durante los procedimientos, el teléfono fue hallado oculto entre malezas en la parte trasera de un inmueble. Además, los uniformados secuestraron dinero en efectivo relacionado con la causa.
Con los datos obtenidos, el personal policial intensificó los operativos en la zona y, este domingo por la tarde, ubicó al segundo implicado. Se trataba de Matías Alejandro Z. R., de 19 años, quien fue detenido en inmediaciones de Picada Sarmiento.
Abrieron una cuenta bancaria con un DNI falso y pidieron préstamos y realizaron pagos millonarios: tres detenidas
Una banda que usó un documento falso para abrir una cuenta bancaria y acceder a fondos mediante préstamos y pagos online fue desbaratada tras una larga investigación que desembocó en una serie de allanamientos en el partido bonaerense de La Matanza. Las autoridades detuvieron a tres sospechosas.
Según informaron fuentes policiales, la denuncia se radicó en junio de este año. Todo comenzó cuando la víctima recibió en su casa sobres con tarjetas de crédito y débito a su nombre emitidas por un banco privado.
Primero pensó que el envío era por una renovación de una tarjeta vinculada a la cuenta de su padre, pero le llamó especialmente la atención haber recibido la de débito, ya que ella no tenía una y no coincidía con las extensiones habituales.
Este detalle la hizo dudar sobre el motivo del envío, por lo que le dijo a su padre que se contactaran con el banco para despejar las dudas. Cuando consultaron a la entidad, detectaron movimientos millonarios en consumos, solicitudes de préstamos y transferencias a distintos destinatarios, todos realizados de forma online.
Sin entender qué sucedía, las víctimas se dirigieron hasta la sucursal en Caseros, donde está radicada su cuenta. Allí les informaron que las tarjetas correspondían a una cuenta nueva, abierta a nombre de la damnificada, pero en una sucursal ubicada en el partido de Moreno. Tras ello, un ejecutivo bancario gestionó la baja inmediata de la cuenta y el bloqueo de las tarjetas.
En el caso tomó intervención el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N°2 de Morón, a cargo del juez Jorge Ernesto Rodríguez, quien ordenó a la División Antifraude de la Policía Federal Argentina investigar quiénes recibieron el dinero y quién realizó la apertura fraudulenta. Las tareas incluyeron análisis de datos y seguimientos en diferentes puntos del conurbano. Así se identificaron a los sospechosos y sus roles.
De acuerdo a las fuentes del caso, el líder de banda de estafadores y principal acusado del desvío de los fondos es un hombre llamado G.Á., de 41 años, quien actualmente está detenido por violencia de género.
Por otra parte, N.A., de 33 años, habría sido la autora de la apertura de la cuenta con el DNI falso. Otras dos mujeres, S.A., de 36, y M.J., de 58, colaboraron recibiendo transferencias en sus cuentas como presta cuentas, según determinó la investigación.
