En el complejo escenario político actual, el debate sobre el destino de los fondos públicos en la ciudad de Formosa ha tomado un cariz de confrontación mediática. Frente a los señalamientos de sectores opositores, el concejal José Delguy ha salido al cruce de las versiones que circulan en los medios, enfatizando que la gestión pública requiere de rigor técnico y no de eslóganes efectistas.
Bajo la premisa central de que “No a las fake news: el presupuesto se debate con datos, no con titulares”, se busca desarticular lo que el oficialismo considera una estrategia de desinformación planificada.
La estrategia del escándalo frente a la realidad institucional
En los últimos días, el clima político se ha visto enrarecido por acusaciones que buscan deslegitimar el proceso legislativo. Según explica Delguy, “en los últimos días se intentó instalar, a través de declaraciones públicas y titulares ruidosos, la idea de que el tratamiento del Presupuesto Municipal de la Ciudad de Formosa constituiría un ‘atropello institucional’”.
Para el edil, esta narrativa no es casualidad, sino que responde a una metodología de trabajo político que prefiere el impacto visual por sobre el análisis profundo. “Esa afirmación no solo es incorrecta, sino que forma parte de una estrategia conocida: generar confusión, sembrar dudas y llevar el debate político al terreno del escándalo mediático en lugar de discutir con seriedad”, sentenció.
El presupuesto como motor de la ciudad
Lejos de ser un simple documento administrativo, el presupuesto es el esqueleto que sostiene la vida cotidiana de los formoseños. El mantenimiento de los servicios básicos depende directamente de la aprobación de estas partidas. En palabras del concejal, “el presupuesto municipal no es un capricho ni una formalidad. Es la herramienta que permite que la ciudad funcione todos los días: que haya recolección de residuos, alumbrado público, mantenimiento de calles, drenajes, tránsito ordenado, espacios públicos cuidados y obras en los barrios”.
La advertencia es clara respecto a las consecuencias de obstaculizar este proceso: “Sin presupuesto, no hay previsibilidad; sin previsibilidad, hay improvisación”.
Transparencia y acceso a la información
Una de las críticas más recurrentes de la oposición ha sido la supuesta falta de tiempo para el análisis de las planillas. Sin embargo, desde el Concejo Deliberante aseguran que los mecanismos de transparencia han funcionado correctamente. “Decir que no hubo tiempo para analizarlo o que se trata de un proyecto ‘sin información’ es faltar a la verdad. El presupuesto fue presentado conforme a las normas vigentes, estuvo a disposición de todos los concejales y puede ser estudiado, debatido y enriquecido en el marco institucional correspondiente”, subrayó Delguy, agregando que “nadie fue impedido de acceder a la información ni de realizar observaciones técnicas”.
El llamado a un debate de propuestas, no de ruido
El punto de inflexión en la discusión radica en la falta de contrapropuestas técnicas. Para la gestión actual, una oposición responsable debería proponer alternativas en lugar de generalidades. “Si realmente existiera una vocación de mejorar el presupuesto, el debate se daría sobre números concretos, artículos específicos y propuestas alternativas. Sin embargo, no se señala qué servicio debería recortarse, qué obra debería eliminarse ni qué partida sería innecesaria. Solo se utilizan palabras grandilocuentes para generar ruido y titulares”.
En un tono crítico hacia la polarización vacía, Delguy dejó definiciones contundentes:
- “Marear al vecino no es defenderlo”.
- “Confundir no es controlar”.
- “La grieta no junta la basura, no arregla las calles ni prende las luces”.
Conclusión: La responsabilidad institucional
Para el concejal José Delguy, el rol de los legisladores debe estar a la altura de las necesidades de la gente. “Desde este Concejo Deliberante entendemos que el rol de la oposición es fundamental, pero ese rol debe ejercerse con responsabilidad, con información y con propuestas. Defender las instituciones no es gritar ‘atropello’; es trabajar con seriedad, decir la verdad y respetar a la ciudadanía”.
Finalmente, el mensaje de cierre refuerza la necesidad de volver a la racionalidad política: “El presupuesto se debate con datos, con argumentos y con compromiso con la ciudad. No con fake news ni con operaciones mediáticas. Porque cuando el debate es serio, gana la ciudad. Y eso es lo que esperan los vecinos de Formosa”.
