En el curso de los últimos días, muchos transeúntes curiosos asomaron la nariz por las puertas vidriadas del Teatro San Martín, sobre la ajetreada avenida Corrientes; trataban de distinguir, seguramente, qué ocurría en la parte posterior del gran Hall Central. Digámoslo ya: eran fantásticos bailarines ensayando tres obras que se verán a partir del 10 de noviembre en ese mismo lugar: Libertango, de Mauricio Wainrot, Cantares, de Oscar Araiz, y Muta de Gustavo Lesgart. Los propios coreógrafos, o sus asistentes, se encontraban dirigiendo los ensayos.
Pero atención: no se trataba, no, de una compañía profesional de danza contemporánea, sino de estudiantes del Taller de Danza del Teatro San Martín trabajando mano a mano con coreógrafos mucho más que reconocidos.
Para hablar de esta extraordinaria escuela de formación en danza contemporánea hay que remontarse un poco a su origen, seguir su evolución a lo largo de, ¡ya! cuarenta y siete años y ver en qué está hoy.
Pero antes que ninguna otra cosa, una afirmación: el Taller del San Martín –porque así se lo nombra- es la mejor escuela de danza contemporánea de América Latina, una escuela gratuita en la que los alumnos cursan tres años de carrera con un total de 3800 horas de clases y una gran variedad de materias.
Hay que aclarar además que el Taller incorpora bailarines entre los 17 y los 21 años, que se presentan ya con una formación; es decir es una escuela de perfeccionamiento a la que se accede con un examen de ingreso en varias etapas.
Un poco de historia
Bailarines alineados. El Taller de Danza del San Martín es la mejor escuela de formación en su rubro. Foto Emmanuel FernándezEl Taller de Danza fue creado por el director Kive Staiff en 1977, al mismo tiempo que el Grupo de Danza del Teatro San Martín, heredero del Ballet Contemporáneo creado por Oscar Araiz y que había sido disuelto algunos años antes.
El Taller tuvo desde el principio un propósito básico: formar bailarines para el Grupo de Danza del San Martín.
Taller y Grupo estaban ambos dirigidos por Ana María Stekelman y había una identificación muy grande entre ellos; si algún maestro importante del exterior daba clases al Grupo de Danza, daba también clases en el Taller. Así fue, en distintas épocas, con Pina Bausch, Jennifer Muller y Noemí Lapzeson.
Las intenciones iniciales se conservaron en algunos aspectos, pero en otros fueron cambiando.
Se conservaron hasta hoy las técnicas-madre, es decir las clases de danza contemporánea y particularmente la técnica de Martha Graham; y por otro lado, las clases de técnica de ballet, que dan un soporte imbatible a cualquier bailarín. También los cursos de música y movimiento y las clases de composición coreográfica.
Y respecto de los cambios, fueron agregándose materias nuevas como danzas urbanas, improvisación, partenaire contemporáneo, anatomía y nuevas tendencias en la danza contemporánea.
Los nuevos objetivos
El exigente entrenamiento de los bailarines del Taller de Danza del Teatro San Martín. Foto: Guillermo Rodríguez Adami. Por otro lado, el objetivo del Taller ya no es hoy fundamentalmente formar intérpretes que puedan acceder al Ballet Contemporáneo del San Martín (nombre que recibió más tarde el Grupo de Danza); a esta altura la compañía oficial no puede absorber todos los estudiantes que egresan del Taller cada año; no pueden absorber ni siquiera una mínima proporción. Entonces se han reforzado las orientaciones hacia la docencia y hacia la creación coreográfica.
Sin embargo, el entrenamiento profesional que da el Taller es cada vez más intenso: muchos estudiantes participan en coreografías de ópera en el Teatro Colón, muchos también completaron el elenco de 50 bailarines que necesitaba la obra Colossus, montada este año por la coreógrafa canadiense Stephanie Lake para el Ballet del San Martín.
El entrenamiento profesional que da el Taller es cada vez más intenso Fotos Emmanuel FernándezLas presentaciones como Taller se incrementaron de una manera notable: de diez funciones aproximadamente que hacían antes de la pandemia (en salas del Complejo Teatral de Buenos Aires o en centros culturales de la Ciudad) pasaron a treinta y tres este año; todas ellas en el Hall Central del San Martín con un público cada vez más numeroso y fiel y que busca de antemano esta programación.
Ya se sabe: no hay nada que complete tanto la formación de un artista escénico como probarse una y otra vez frente al público.
Durante muchos, muchos años la actividad del Taller -esto quiere decir absolutamente todas las clases que se dictaban para primero, segundo y tercer año- se concentró en un único salón en un subsuelo oscuro de una galería comercial sobre la avenida Santa Fe.
La coreógrafa Ana Itelman lo había donado al Taller y es realmente milagroso cómo pudo crecer la escuela en estas condiciones tan restringidas, por decir lo menos.
Desde hace unos años, cuentan con dos salas del Complejo Teatral de Buenos Aires: una en el propio Teatro San Martín y otra en el Teatro de la Ribera, en La Boca.
Su directora histórica
Damián Malvacio y Norma Binaghi, los directores del Taller de Danza del Teatro San Martín. Foto: Emmanuel Fernández El Taller tiene la misma directora desde 1989: Norma Binaghi, que es parte de la historia viva de la danza en el Teatro San Martín y una trabajadora apasionada e incansable. En 2002 se sumó como director Damián Malvacio, ex alumno del Taller y hoy un coreógrafo muy valioso; no menos apasionado que Binaghi y lleno de ideas y proyectos. Entre los dos forman una conjunción admirable.
-Norma, ¿cómo se ingresa al Taller?
.El primer paso es que los interesados envíen un video de diez minutos donde muestren el comienzo de los ejercicios de una barra clásica para que podamos apreciar la colocación y las condiciones físicas; y luego se filman en una variación coreográfica libre.
Malvacio: Es un primer paso muy eficaz para evaluar. Prácticamente cualquier persona puede llenar un formulario. Pero pensar un video, colocar la cámara, filmarse y editarlo, si la persona es un poco fiaca, no lo hace. Para los que pasan esta primera etapa, hay en el mes de febrero tres semanas muy intensivas de clases. Lo que sale de allí depende tanto de nosotros como de ellos. Algunos podrán decir “encontré mi lugar en el mundo” y otros “no es lo que esperaba”.
Muchos de los aspirantes varones vienen del folclore y de las danzas urbanas. Las chicas, mayormente de una formación en ballet clásico. El 80% de los alumnos que ingresan proviene de las provincias. Los que egresan no tienen hoy quizás tantas oportunidades de bailar aquí; pero muchos, a lo largo del tiempo, consiguieron buenos lugares en compañías de Tucumán, La Plata y también en Chile, Uruguay, Brasil y países de Europa,
El taller de Danza del Teatro San Martín imparte clases en forma gratuita. Foto: Guillermo Rodríguez Adami -¿Cuál es la mayor singularidad del Taller?
Binaghi: Para mí es importante que a lo largo de casi cincuenta años, nunca se cristalizó; siempre vamos buscando, renovándonos. Y hay una articulación muy grande con lo que pasa hoy: están interpretando obras de Wainrot y Araiz que fueron bailadas por el Ballet Contemporáneo, y también de coreógrafos independientes jóvenes.
Malvacio: aquí se hace algo que es único y le da otra calidad a la formación: un seguimiento muy cercano de los estudiantes, de aquello que les ocurre dentro y fuera del Taller.
-¿Que los estudiantes salten cada vez más alto, que giren más, que tengan más equilibrio, fuerza y flexibilidad, ¿todo esto importa tanto como antes?
Binaghi: No, para mí no.
Malvacio: Para mí, menos.
Binaghi: Por supuesto que continúa importándome que tengan una muy buena base de técnica clásica…
Malvacio: Aunque estas clases no son más importantes que todo el resto de las materias.
Información
El Taller tiene la misma directora desde 1989: Norma Binaghi . Fotos Emmanuel Fernández Las funciones en el Hall Central serán los días 10, 11, 12, 16 y 17 de noviembre a las 18 horas. con entrada libre y gratuita, en el Teatro San Martín, Corrientes 1530 (CABA).
Además, durante el mes de diciembre habrá una semana de clases abiertas en el Hall para que el público pueda ver en qué consiste la formación del Taller.