El aire de la tarde en FM VLU 88.5 se cargó de tensión y reflexión durante la reciente emisión del programa radial “Una Cuestión de FEr”, que se transmite de lunes a viernes de 17 a 19 horas bajo la conducción de Fernando López, como parte del Grupo de Medios TVO. El tema central que acaparó la atención y el debate fue el trágico desenlace de Xiomara Portillo, la adolescente de 16 años que, tras varios días de angustiosa búsqueda, fue hallada sin vida en el descampado del barrio Procrear.
La confirmación de la identidad de Xiomara se convirtió en un sombrío hito este lunes, cuando las pericias dactiloscópicas revelaron que el cuerpo, previamente “irreconocible”, le pertenecía. A partir de ese momento, el legítimo dolor de la familia se vio opacado por lo que López describió como un “conflicto de guerra de intereses políticos” que amenaza con eclipsar la investigación y la búsqueda de justicia.
La Cruda Declaración de Marilyn Acosta: El Corazón del Dolor
El programa puso el foco en la voz más visceral de la familia durante la crisis: Marilyn Acosta, hermana mayor de Xiomara. Su testimonio fue recogido durante un acto de homenaje, donde se descubrió un Banco Rojo en memoria de la joven, un lugar que ella solía frecuentar para “comer un pancho todas las noches”. La “crudeza enorme” de sus palabras, según López, fue un llamado de atención contra la politización del drama.
Marilyn Acosta se dirigió directamente a la opinión pública y a la dirigencia, exigiendo respeto y enfocando la mira en los presuntos responsables, no en las disputas de poder: “También quería pedirle que, por favor, respeten el dolor de las familias que nos acompañen a hacer justicia por lo que le pasó. Que ese hijo de puta no quede impune. Porque acá no hay política, dejen de usar la política con mi hermana. Acá es un hijo de puta menor con el padrastro, la mamá, el tío y la mamá que está libre. Yo no voy a permitir que esa mujer quede libre. Nadie sabe acá todo lo que nosotros pasamos, todo lo que sabemos.”
El dolor de la hermana se transformó en una defensa apasionada de las acciones familiares durante la desaparición, refutando las críticas y las insinuaciones maliciosas: “Nadie nos creía, nadie nos creía. Y todos saben, nadie sabe que yo de madrugada iba a buscar a mi hermana, de madrugada. Y me vienen a decir que yo no hice nada, que yo le he entregado a mi hermana, que dejen de hablar pavadas y que todo el mundo salga y que la agarren a ese hijo de puta que la mató, porque él la mató.”
La Trampa de la Polarización: La Deslegitimación del Reclamo
Fernando López lamentó que, tanto la prensa como la sociedad, hayan caído en una “suerte de trampa autoimpuesta” que consiste en debatir “las cosas que rodean al caso y no discutir lo que en verdad realmente importa que es el caso”.
El conductor criticó duramente la lógica binaria que se ha impuesto sobre la víctima y sus deudos. La controversia se instala al momento en que la familia se acerca a distintas fundaciones o figuras, convirtiendo el luto en una moneda de cambio político: “Parece ser como que si se abraza con una determinada fundación está con el gobierno y eso la invalida de pedir justicia, ¿no? Y por el otro lado parte del gobierno cuando se abraza con un sector de la oposición la invalida para reclamar justicia y creo que acá el reclamo es genuino, un reclamo de justicia.”
López hizo hincapié en la necesidad de empatía, defendiendo el derecho de la familia, sumida en un “dolor enorme”, a buscar responsables: “lamentablemente y yo creo que también me parece que a la familia no se la puede juzgar porque en definitiva están con un dolor enorme y lo que seguramente buscan como cualquiera de nosotros que tiene una familia en este contexto es que los responsables paguen.”
En este sentido, condenó la actitud de quienes usan la posición de la familia para sus propios fines: “A mí realmente me da mucha pena que haya muchos sectores que dependiendo de con quién se abraza el reclamo es legítimo o no, es decir, si se abraza con nosotros y cuestiona la policía, cuestiona la justicia, vamos y la acompañamos y pedimos justicia, ahora, cuando se abraza con otros sectores que están más cercano al gobierno, dice, ‘Ah, no, se abraza con lo del gobierno.’ Entonces, esto es muy turbio y está el poder detrás y no están pidiendo justicia y ya le entongaron y le pusieron plata.”
El Interrogante Judicial: ¿Perejiles o Culpables?
El debate principal, para López, debe volver a centrarse en la “investigación judicial”. El periodista insistió en que el foco debe estar en la eficacia de la justicia y en la identificación certera de los responsables, y no en la especulación política sobre quién es más conveniente para la causa.
La interrogante crucial que debe abordarse es si “las personas que están detenidas hoy sí efectivamente participaron o no del crimen, porque también está esto, ¿son dos perejiles y si no, quiénes son?”
López instó a la autocrítica de los medios y la sociedad, señalando que al discutir el “tironeo político” y las intenciones de la familia, se están olvidando de la causa misma: “Estamos distraídos con esta suerte de tironeo político, yo les quiero asegurar que hay mucha gente, muchísima gente de un lado y del otro que no piensa ni en la víctima ni en la familia, piensa en la conveniencia de que esa familia y esa víctima diga tal o cual cosa.”
El conductor concluyó que la posición de la familia, que cree que “la policía trabajó bien y la justicia trabajó bien,” debe ser respetada. Juzgarlos y decir que “se entongaron, se vendieron,” sería una “insensibilidad enorme”.
La Impunidad, el Peor Flagelo de la Democracia
La reflexión final de Fernando López fue contundente y se enfocó en el valor supremo de la justicia: “Y yo creo que los más importantes de todo esto Es encontrar a los responsables de la muerte de Xiomara. ¿Sabe por qué? Y a los verdaderos responsables. ¿Sabe por qué? Porque si no hay un asesino suelto.”
El conductor elevó la discusión a un plano institucional, equiparando la falta de justicia con el daño a las bases del sistema: “así como nosotros muchas veces hablamos de la democracia, de la transparencia, la impunidad es la peor enfermedad de la democracia. Ya sea un político corrupto o un asesino suelto.”
Finalmente, hizo un llamado a mirar el “bosque”, que es la “justicia”, y a evitar ser arrastrados por los “intereses ajenos” de los actores políticos: “Acá hay una realidad, las dos personas que están detenidas fueron las últimas personas que vieron con vida a Xiomara y en definitiva para mí es la punta del ovillo para empezar a llegar a los responsables si es que no son los responsables de este episodio, porque acá somos todos inocentes hasta que se demuestre lo contrario” El resto de las disputas, a su juicio, son “absolutamente secundarios.”
