En un escenario político marcado por la reciente aprobación del presupuesto en la Cámara Alta, la dirigente Ana Costa Ankenbrand lanzó una contundente advertencia sobre las consecuencias sociales y educativas de las partidas asignadas. Con un discurso enfocado en la defensa de la soberanía educativa, la referente cuestionó duramente las prioridades del Ejecutivo Nacional, señalando que la estructura actual del gasto no apunta a una eficiencia administrativa, sino a una profundización de la brecha social.
«Presupuesto aprobado en el Senado: no se achica el estado, se agranda la desigualdad»
Para Costa Ankenbrand, el debate sobre el déficit fiscal oculta una realidad más alarmante: el impacto directo sobre los sectores más vulnerables y la clase media. Según su análisis, el diseño presupuestario actual desatiende las necesidades básicas de la población en favor de un modelo de exclusión.
En este contexto, la dirigente fijó una postura determinante respecto al rol de la formación superior: «Reafirmo una posición clara y sin ambigüedades: la educación pública y, en particular, el sistema universitario nacional, no puede ser la variable de ajuste».
El rol estratégico de la Universidad Pública
La nota destaca que el ataque al financiamiento universitario no es solo un problema contable, sino un golpe al corazón del progreso argentino. Costa Ankenbrand recordó que «las universidades públicas cumplen un rol estratégico en el desarrollo del país. Garantizan el acceso al conocimiento, promueven la movilidad social ascendente y sostienen la producción científica, tecnológica y cultural en todo nuestro territorio».
La advertencia sobre el futuro de la juventud fue uno de los puntos más álgidos de su declaración: «Se está condenando a miles de jóvenes a quedarse sin oportunidades. Se está eliminando una de las políticas más igualadoras que tuvo históricamente la Argentina».
«A cambio se busca consolidar un modelo que excluye, precariza y expulsa»
El diagnóstico de la dirigente es sombrío respecto a la falta de recursos operativos. Aseguró que «no hay desarrollo posible sin universidades funcionando plenamente, con salarios dignos para docentes y no docentes, becas suficientes y condiciones edilicias adecuadas».
En una crítica directa a la gestión del presidente Javier Milei, sostuvo que existe una intención de transformar la naturaleza de la enseñanza en el país: «Defender el presupuesto universitario no es un capricho ideológico: es una decisión política que define qué país queremos. Claramente Milei quiere mercantilizar un derecho. Y la educación pasará a ser un privilegio de clase. El mérito va a depender del bolsillo y el Estado no asumirá su responsabilidad indelegable».
Desfinanciamiento vs. Discurso de Reforma
Frente a los anuncios oficiales de una futura reforma educativa que el Gobierno enviará al Congreso, Costa Ankenbrand contrapuso la realidad de los datos. «Mientras el Gobierno Nacional habla de una supuesta reforma educativa, que enviará al Congreso para su análisis, lo que vemos en los números es desfinanciamiento, abandono y una decisión política de achicar el sistema educativo».
Añadió que cualquier intento de cambio institucional resulta estéril si no cuenta con el respaldo económico necesario: «No hay reforma posible si se vacían las universidades, si se licúan salarios docentes, si se recortan becas y si se empuja a los estudiantes a abandonar».
El impacto en el Interior y la Provincia de Formosa
Uno de los puntos clave de su intervención fue la dimensión federal del ajuste. La dirigente remarcó que el recorte afecta con mayor saña a las provincias, profundizando el centralismo. «Ajustar ahí es profundizar las desigualdades históricas entre el centro y el interior del país. Es decirles a nuestros jóvenes que, si no pueden pagar, no estudian».
Finalmente, cerró con un llamado a la acción y al compromiso político regional: «La educación no es un gasto, es una inversión estratégica, y recortarla es hipotecar el desarrollo de las provincias y del país. Sin educación pública fuerte, no hay Formosa con futuro».
Costa Ankenbrand concluyó asegurando que su labor parlamentaria y política estará centrada en resistir este avance sobre los derechos conquistados: «Yo voy a seguir levantando la voz en cada ámbito institucional y político para que la educación pública sea una prioridad real y no un discurso vacío. Porque sin universidades públicas fuertes, no hay futuro posible».